Familiares chinos de los pasajeros del vuelo MH370 dicen sufrir represiones del Gobierno

Se cumple un año del misterioso suceso, aún sin resolver, las familias tienen que lidiar con el dolor y la desinformación de las autoridades chinas.

Los familiares de los desaparecidos piden que continúe la búsqueda
Familiares chinos de los pasajeros del vuelo MH370 dicen sufrir represiones del Gobierno
Efe

Los familiares chinos de los pasajeros que embarcaron en el avión de Malaysia Airlines desaparecido hace un año denuncian que no sólo tienen que lidiar con el dolor de no saber qué ocurrió con sus allegados, sino también con el maltrato de las autoridades chinas.


"Al principio, fue estupendo. El Gobierno hizo todo lo que se podía hacer para ayudarnos, nos sentimos muy orgullosos de ser chinos. Pero desde mayo ha habido un cambio drástico", cuenta el pekinés Jiang Hui, quien es desde hace unos meses el portavoz de los familiares de los 153 viajeros chinos que desaparecieron en el vuelo MH370 de Kuala Lumpur a Pekín, casi dos tercios del total.


Cuando se cumple un año del misterioso suceso, aún sin resolver, la situación ha cambiado mucho para este grupo de familias chinas. Si al principio pudieron manifestar su dolor y sus quejas de forma pública en insólitas protestas en la capital, ahora sus voces parecen resultar incómodas para el Gobierno chino.


Un ejemplo de ello son los arrestos a los que algunos de ellos se han visto sometidos. En verano, hasta 16 familiares fueron detenidos -incluidos dos niños, de 4 y 6 años- cuando trataban de protestar en la oficina de Malaysia Airlines en Pekín. Pasaron una noche en comisaría.


"Muchos eran ciudadanos de otras provincias, campesinos. Querían quedarse una noche en la oficina. Muchos no tenían adonde ir", señala Jiang, que no obstante no considera lo sucedido "un arresto" ya que nunca ha sobrepasado las veinticuatro horas y niega que nadie fuera golpeado, como algunos de ellos denunciaron entonces.


Una ONG de derechos humanos que ha vigilado la situación de los familiares constata que ha habido más casos en estos últimos meses. Según confirmó a Efe, la policía ha controlado de cerca al grupo, y ha llevado a cabo más arrestos e interrogatorios cuando los familiares han tratado de protestar públicamente.

Desde la desaparición del vuelo el 8 de marzo de 2014, muchos afectados chinos se mudaron a Pekín y tratan de buscar respuestas, sin poder volver al trabajo por un eterno interrogante que ha cambiado drásticamente sus vidas: ¿qué paso con sus seres queridos?.


"Ya no sé en quién confiar", reconoce a Efe Steve Wang, el joven de 26 años que fue durante mucho tiempo la voz pública de los familiares chinos y quien, tras el desgaste y ante la preocupación de sus más cercanos, decidió dar un paso atrás y dejar ese puesto.


Wang critica duramente la desinformación a la que Malasia les ha tenido sometidos, que ha rechazado incluso dejarles ver el vídeo de la entrada de los pasajeros en el avión, mientras ahora el Gobierno chino les pone trabas para que el mundo conozca sus quejas.


"Hace unos meses, ordenaron a los medios chinos que no publicaran nuestras historias. Sólo salen en un medio oficial... Es lo mismo que hicieron con el accidente del tren bala hace unos años para acallar a las víctimas", recuerda el joven, en referencia al primer siniestro que se produjo en la alta velocidad china en 2011 y que causó 40 muertos y 200 heridos.


El joven, que ha retomado su trabajo hace poco aunque aún lucha por conocer qué ocurrió con su madre, que tomó el MH370 para volver a casa después de su viaje a Nepal, entiende la actitud del Gobierno aunque no la comparte.


"Es la cultura china, que tiende a ser más callada, pero queremos respuestas", defiende el pequinés, que lleva toda la semana con múltiples encuentros con medios foráneos para que su historia, que puede ser la "de cualquiera", no quede en el olvido.


Mientras en Kuala Lumpur se llevarán a cabo numerosos actos de conmemoración por el primer aniversario de la desaparición del avión el domingo, en Pekín los familiares llevan tiempo negociando con las autoridades su acto para que se ajuste a la "legalidad".


De ahí que muchos familiares, que han podido permitírselo, hayan viajado ahora a Malasia. "Yo fui hace un par de semanas también", comenta el portavoz Jiang, y explica: "Allí todo es muy diferente a China: se puede hablar con los medios. Nuestra historia allí ocupa portadas".