Argentina, conmocionada por la muerte del fiscal que denunció a Cristina Fernández

Nisman iba a revelar detalles sobre el presunto encubrimiento terrorista de la presidenta.

La muerte del fiscal Alberto Nisman a pocas horas de revelar ante el Parlamento argentino detalles sobre la denuncia contra la presidenta, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de terroristas, ha conmocionado al país y ha movilizado a la sociedad que reclama la verdad sobre el caso.


Su muerte se ha convertido en uno de los sucesos más impactantes que ha sacudido a Argentina desde el retorno de la democracia y ha vuelto todas las miradas hacia Cristina Fernández, que, según fuentes oficiales, fue informada inmediatamente del suceso esta madrugada y reaccionó con una gran "sorpresa".


Aunque la presidenta se mantiene en silencio, ordenó hoy desclasificar el material de inteligencia utilizado por Nisman para fundamentar sus acusaciones y revelar la identidad de los espías, también acusados.

Por su parte, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, expresó hoy su "apoyo" a las fuerzas de seguridad "para garantizar el esclarecimiento" de este "hecho doloroso".


El canciller, Héctor Timerman, también acusado por Nisman, se limitó a "lamentar la muerte de un ser humano", en declaraciones a la prensa en el aeropuerto de Nueva York, donde participará en el Consejo de Seguridad de la ONU.


Alberto Nisman, fiscal especial a cargo de la investigación sobre el atentado contra la mutual judía AMIA (1994), fue hallado muerto en su vivienda del exclusivo barrio de porteño de Puerto Madero con un tiro en la sien.


Según el informe preliminar de la autopsia, el fiscal murió a consecuencia de un balazo que penetró dos centímetros por encima de la oreja por el parietal derecho de la cabeza.


La fiscal del caso, Viviana Fein, confirmó que "no hubo intervención de terceras personas" y que el disparo procedía de una pistola de calibre 22 encontrada bajo su cuerpo.


Nisman fue encontrado en el baño por su madre, que pudo acceder al departamento con la ayuda de un cerrajero porque la puerta estaba cerrada por dentro.


Según la versión oficial, en el apartamento había documentos sobre la denuncia contra Fernández y sus colaboradores que, presumiblemente, el fiscal iba a presentar hoy en su comparecencia ante una comisión del Parlamento.


En contraste con el hermetismo del Gobierno, la oposición coincidió en manifestar su estupor por la muerte del fiscal y en reclamar una investigación "hasta las últimas consecuencias", en palabras del alcalde de Buenos Aires y aspirante presidencial, Mauricio Macri.


"Estoy consternada. Me parece algo absolutamente grave, de una gravedad institucional muy fuerte", denunció la diputada Patricia Bullrich, quien había convocado a Nisman a exponer hoy ante una comisión de la Cámara de Diputados.


Para la diputada opositora Elisa Carrió, la muerte del fiscal es fruto de una "guerra de los sótanos del poder", "de una guerra judicial loca".

"Todos estamos esperando las palabras de la presidenta", subrayó por su parte el diputado de la Unión Cívica Radical y exvicepresidente argentino Julio Cobos en diálogo con la prensa.


En el mismo sentido se manifestó el aspirante a la Presidencia por el Frente Renovador Sergio Massa, quien consideró que "es imprescindible que todos aquellos" que tienen "responsabilidad institucional" se pronuncien sobre el hecho.


Mientras, a través de las redes sociales, la sociedad ha convocado una movilización para esta misma noche a la emblemática Plaza de Mayo en reclamo de la verdad bajo la consigna "Yo soy Nisman".


Políticos, magistrados y periodistas utilizaron también las redes sociales para opinar sobre la muerte del fiscal que investigaba la causa de la AMIA, como el exsecretario de Justicia Pablo Lanusse, para quien la muerte de Nisman "sacude las entrañas de la república".


En medio de estos reclamos de justicia, el juez argentino Ariel Lijo suspendió las vacaciones de su juzgado para tramitar la denuncia de Nisman contra la presidenta y pidió que sean resguardadas las pruebas que manejaba el fiscal.


Periodistas y colaboradores de Nisman se han apresurado a denunciar que se sentía amenazado -tenía una escolta de diez policías- y rescataron recientes declaraciones del propio fiscal en las que explicaba que había avisado a una de sus hijas para que se preparara para escuchar "cosas terribles" de su padre.


Según medios locales, tras denunciar a Fernández, el fiscal habría revelado a su equipo de colaboradores: "Con esto me juego la vida".

En declaraciones al diario Clarín también se refirió al tema: "Yo puedo salir muerto de esto", dijo la pasada semana.


Tras ocho años de investigaciones, Alberto Nisman denunció el pasado miércoles a Fernández por considerar que el memorándum de entendimiento aprobado en enero de 2013 con Irán incluía un presunto encubrimiento de los sospechosos del atentado contra la AMIA que dejó 85 muertos en 1994 a cambio de las relaciones comerciales y el intercambio de petróleo por granos en un contexto de crisis energética en Argentina.


La denuncia de Nisman constaba de 300 páginas amparadas por grabaciones telefónicas que, según el fiscal, corroboraban sus acusaciones.


El gobierno le acusó de mentir y de dejarse llevar por una guerra interna en los Servicios de Inteligencia tras el relevo en la cúpula de la institución.


Nisman, de 51 años, estaba al frente de la Unidad Fiscal Especial de Investigación del Atentado a la AMIA desde 2004 y pasó de ser un funcionario próximo al fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) al enfrentamiento abierto y la denuncia contra su esposa y sucesora, Cristina Fernández.


En 2008, había solicitado la detención del expresidente Carlos Menem (1989-1999) y del exjuez de la causa por "alterar, obstruir e intentar neutralizar la investigación del atentado".


El fiscal había asegurado esta vez que tenía pruebas que demostraban que, tal como apuntaba la investigación y la comunidad judía, Irán y la organización Hizbulá estuvieron detrás de la planificación y ejecución del ataque terrorista contra la AMIA.