​En Israel los judíos franceses temen por la seguridad de sus compatriotas

Unos 7.000 de ellos se radicaron en el Estado judío el año pasado, el mayor dato de la historia.

Para muchos israelíes, en particular miembros de la colectividad francesa, el ataque al supermercado 'kosher' en París ha puesto de relieve que Francia se ha convertido en territorio comanche para judíos y que a pocos interesa su suerte.


"Ha habido una subida acusada del antisemitismo en los últimos años. Sucede en las calles, en las tiendas y en las escuelas, y en Francia la comunidad judía tiene la sensación de que a nadie le importa, eso es lo que dicen", explica Israel Aiache, de 33 años y director de una agencia de publicidad en internet.


Natural de Toulouse, donde se educó en la misma escuela judía, 'Otzar Hatorá', que en marzo de 2012 fue blanco de otro ataque de tinte yihadista en el que murieron un profesor y tres niños, Aiache reside desde hace ocho años en Jerusalén y acusa la preocupación que sienten sus compatriotas franceses.


La sensación predominante es que las autoridades en Francia son incapaces de garantizar la seguridad de la comunidad judía, y por esa razón no sorprende el hecho de que cada vez más miembros se planteen emigrar a Israel.


Desde el ataque en Toulouse, pasando por el robo y violación en una casa de una familia judía de Créteil a finales de 2014 y otra agresión mortal en 2006 en el sur de París, la comunidad judía francesa se siente en el punto de mira.


"Se sabe que los judíos eran objetivo del terrorismo islámico, y pese a que se elevó la alerta al máximo nivel a raíz del ataque a (el semanario) 'Charlie Hebdo', con esos elementos no reforzaron la seguridad en torno a centros judíos", lamenta Aiache, quien considera que el Gobierno francés desdeña a su comunidad.


El presidente galo, Francois Hollande, fue tajante al condenar el antisemitismo, y, cuando la capital francesa se convertía en capital mundial de manifestaciones contra el terrorismo, visitó la sinagoga de París junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para mostrar sus respetos y expresar su dolor.


El jefe del Ejecutivo israelí ha llamado en repetidas ocasiones a los judíos franceses a emigrar a su país, declaraciones que han sentado mal en el Elíseo al ser interpretadas como una crítica a la capacidad y voluntad de Francia de proteger a esa minoría.


Con todo, una vez en territorio francés, Netanyahu proclamó el derecho de los judíos a "vivir en seguridad en el lugar que elijan", y "particularmente en Francia".


El primer ministro israelí se dio un baño de multitudes en el templo judío, donde numerosos miembros de la colectividad le corearon "Bibi, Bibi", como se le conoce popularmente.


"Desde aquí veo que aprovechó la oportunidad porque en breve hay elecciones, pero allí lo han acogido como a un mesías porque habló abiertamente de terrorismo, dijo lo que la gente quería escuchar", defiende Aiache.


Al margen de la política, los últimos ataques pueden haber supuesto un punto de inflexión para la comunidad judía de Francia, la tercera más importante del mundo tras Israel y EEUU, con al menos medio millón de integrantes.


"Hay miedo y temor, porque los judíos ven que se hacen esfuerzos pero no hay mucha solución, a no ser que Francia decida cambiar y deje de ser una república libre", opina Avi Zana, director de AMI, organización que colabora en la integración de los judíos franceses en Israel.


Unos 7.000 de ellos se radicaron en el Estado judío el año pasado, el mayor dato de la historia, y se espera que este año su número alcance los 10.000, vaticina Zana.


"Es lo que debía hacer por mis hijos", explicó al medio "Ynet" Orly Ben-Sheetrit, emigrada al país con su familia el pasado verano a pesar del conflicto en Gaza.


El SPCJ, organismo franco-judío de seguimiento del antisemitismo, registró un aumento del 91 % de incidentes antisemitas en Francia en los primeros siete meses de 2014 respecto al mismo período de 2013, y advertía en septiembre de que la situación "demanda atención y acción inmediata".


Algunos comentaristas israelíes destacan la diferencia entre la respuesta popular en Francia al ataque al supermercado "kosher" respecto a la que hubo frente al atentado a la revista satírica.


"En la noche del miércoles, toda Francia declaraba 'Je suis Charlie', en lo que se ha convertido en el símbolo de la resistencia contra la barbarie... En la noche del viernes, no hubo una oleada similar de declaraciones que dijeran 'Yo soy judío'", censuraba Sefy Hendler en un artículo del diario progresista "Haaretz".


Mañana martes las cuatro víctimas mortales del supermercado "kosher" serán enterradas en un cementerio de Jerusalén, en un funeral multitudinario al que acudirán las principales autoridades israelíes