Un año de negociaciones infructuosas estancan a Sudán del Sur en el conflicto

La nación más joven del planeta está inmersa en un conflicto que ha causado la muerte y huida de miles de personas.

Campo de refugiados en Sudán del Sur
Un año de negociaciones infructuosas estancan a Sudán del Sur en el conflicto
Carla Fibla

Un año después de que Sudán del Sur, la nación más joven del planeta, se enredara en un conflicto que ha causado la muerte y huida de miles de personas, las conversaciones para alcanzar una paz definitiva se han estancado, sin que se atisbe esperanza para un país malogrado al poco de su nacimiento.


Independizado de Sudán en julio de 2011, la corta vida de su vecino del sur fue truncada por la crisis que estalló el 15 de diciembre de 2013, cuando el presidente, Salva Kiir, denunció un supuesto intento de golpe de Estado encabezado por el exvicepresidente Riek Mashar.


En plenas navidades, el bloque de los países de África Oriental llamó a las dos partes en conflicto a dejar las armas y a intentar buscar una solución a sus desavenencias.


Hoy hace un año, los líderes de Etiopía, Sudán, Kenia, Uganda, Somalia y Yibuti, integrados en la Autoridad Internacional para el Desarrollo (IGAD, en su siglas en inglés), lograban arrancar el compromiso al presidente sursudanés de dialogar con el líder rebelde.


Pero aquella promesa se ha diluido con el paso de los meses, de sucesivas treguas violadas por ambas partes y de crisis humanitarias y de violencia imparables en el país.


Esa misma desesperanza se adivina en el tono de los mensajes que tanto los actores del conflicto como los líderes regionales y de las negociaciones han emitido durante estos días, en los que se ha insistido en la necesidad de buscar una paz que no llega.


"Aunque sigue habiendo cuestiones importantes -que resolver-, no son motivo suficiente para continuar la lucha", manifestó en rueda de prensa el jefe de los enviados especiales de la IGAD, Seyoum Mesfin.

A lo largo de este año, la IGAD ha tratado de reconciliar a las partes enfrentadas, pero ninguno de sus esfuerzos parece haber tenido éxito.


El bloque regional ha auspiciado varias rondas de negociaciones y cumbres que han llevado a la firma de cese de hostilidades que nunca llegaron a concretarse, ya que finalmente Gobierno y rebeldes volvieron a violar los pactos tras intercambiar acusaciones y poner excusas para continuar el conflicto.


La última ronda de negociaciones, que comenzó el pasado día 18 con el compromiso de ambas partes de cumplir con la propuesta definitiva de la IGAD -poner en marcha un gobierno de unidad nacional de transición-, fue suspendida solo tres días después hasta después de Navidad.


Las conversaciones se zanjaron sin "progresos convincentes", admitía Mesfin, entre rumores de que ambas partes se preparan para una gran batalla que introduciría a Sudán del Sur en su segundo año de guerra.


"Si lo que estamos oyendo -que las partes enfrentadas se están preparando para acciones militares mayores tras comprometerse al cese de las hostilidades- es cierto, es realmente triste y decepcionante", reconoció Mesfin.


Los rebeldes de Mashar se han mostrado partidarios de integrarse en un eventual gobierno compartido con Kiir bajo las condiciones de la denominada "Resolución Pagak", que establece la estructura del posible ejecutivo conjunto.


Sin embargo, la IGAD teme que Kiir evitará ceder parte de su poder a su oponente y bloqueará el acuerdo, por lo que el bloque negociador finalmente deberá imponer sanciones contra ambas partes, como advirtió si no se llegaba a un acuerdo antes de que terminase el año.


Las disputas internas entre los principales líderes del Movimiento de Liberación Popular de Sudán (SPLM, en inglés) -movimiento rebelde reconvertido partido gobernante tras la independencia de Sudán del Sur- estallaron públicamente a mediados de diciembre del pasado año.


La rivalidad entre Kiir, de etnia dinka, y el nuer Mashar escaló pronto hasta el nivel de un enfrentamiento étnico, en el que se estima han muerto decenas de miles de sursudaneses, sin que a día de hoy exista un recuento oficial preciso.

Mientras que la ONU tampoco ha precisado el número de víctimas mortales, el observatorio International Crisis Group eleva esta cifra a al menos 50.000 personas.


"Millones de personas están desplazadas en el interior de Sudán del Sur y en los países vecinos. Millones más están luchando para sobrevivir. Y la guerra sigue cobrándose las vidas de los combatientes y los civiles inocentes", añadió el portavoz de la IGAD.