Cachemira india acude masivamente a votar aún bajo los efectos de las riadas

El voto de castigo podría favorecer al opositor Partido Democrático Popular (PDP) de Mehbooba Muft.

La Cachemira india, territorio que reclama Pakistán y una de las zonas más militarizadas del mundo, concluyó un proceso de cuatro semanas de elecciones con la participación más alta en 25 años y con la población pendiente de soluciones tras las graves inundaciones de septiembre.


La afluencia a las urnas en estas cuatro semanas ha sido de un 66 por ciento de los alrededor de 7,2 millones de electores del censo, un porcentaje que supera en cinco puntos el 61 % registrado hace seis años, dijo a Efe el jefe de la Comisión Electoral del estado de Jammu y Cachemira (noroeste), Umang Narula.


En la quinta y última jornada desarrollada hoy en Jammu, la parte hindú en el único estado indio mayoritariamente musulmán, participó un 76 % de los electores, un porcentaje también superior al 71 % de 2008, indicó Narula.


Bajo un fuerte dispositivo de seguridad y con una presencia militar en las calles aún mayor que la ya habitual, la jornada, a la que estaban llamados 1,8 millones de electores en 20 circunscripciones de las 87 de esta región, se desarrolló sin incidentes.


El responsable del órgano electoral destacó el desarrollo "totalmente pacífico" de las cinco jornadas de votaciones que comenzaron el 25 de noviembre, pese al tradicional llamamiento al boicot de los separatistas en una región por la que India y Pakistán han librado dos guerras y varios conflictos menores desde 1947.


Narula atribuyó la alta participación "a que la gente está muy concienciada de lo que se juega en las elecciones y los partidos hicieron una campaña especialmente intensa", en la que participó el propio primer ministro indio y líder del Bharatiya Janata Party (BJP), Narendra Modi.


Los cachemires han respondido en las urnas en medio de la destrucción y una sensación de descontento por la gestión de la gobernante Conferencia Nacional del desastre dejado por las inundaciones de septiembre, que afectaron a un 80 % del valle de Cachemira y destrozaron miles de viviendas.


Dos meses después de la tragedia, que dejó 277 muertos y unos 237.000 evacuados, y con el invierno dando dentelladas con temperaturas bajo cero, Srinagar bullía en la última jornada electoral con hombres arreglando tejados y martillos resonando en las calles de una ciudad de aspecto medieval a los pies del Himalaya.


Aquí, donde se registró una participación récord del 28 % en la cuarta fase de las votaciones, se reprocha a la Conferencia Nacional de Omar Abdulá su gestión de las inundaciones.


"Mi casa quedó sumergida bajo el agua, hemos podido limpiarla pero las paredes siguen mojadas por el fío y por la noche nos helamos", dijo a Efe Malik, un conductor de shikara, una de las típicas barcazas para turistas del lago Dal, donde está su vivienda.


"El Gobierno no nos ayuda; ni siquiera avisaron de la llegada de las lluvias y solo repartieron un poco de comida después. Abdulá fue incapaz de hacer frente a la situación", afirmó.


El voto de castigo podría favorecer al opositor Partido Democrático Popular (PDP) de Mehbooba Mufti, aunque el resultado sólo se conocerá el próximo martes.


La intensa campaña electoral del nacionalista hindú BJP de Modi también ha podido favorecer la alta participación, en el único estado de mayoría musulmana de la India y donde existe un arraigado sentimiento independentista.


El BJP, que ganó en mayo las elecciones generales y posteriormente se alzó con el poder en varios estados, espera conseguir un buen resultado que, incluso, le permita formar una coalición.


A pesar del tono de la última jornada, las elecciones vivieron momentos luctuosos con 18 personas muertas en dos ataques insurgentes en la región.


En esta región, el Ejército indio tiene desplegados cerca de medio millón de soldados en un Estado con 10 millones de habitantes que es escenario de la actividad de insurgentes independentistas desde la década de los 90, aunque casi ha desaparecido en los últimos años