Noche de enfrentamientos en los barrios árabes de Jerusalén

Este miércoles hubo dos atropellos de kamikazes que causaron un muerto y 16 heridos.

Nuevos enfrentamientos estallaron esta noche en los barrios árabes de Jerusalén entre grupos de palestinos y policías israelíes que penetraron en ellos para practicar registros y detenciones.


El intercambio de disparos, cohetes, bombas de sonido y otros artefactos fueron especialmente intensos en Silwan, Suafat, Wadi Joz, Abu Tor y los alrededores de la conocida puerta de los Leones, junto a la que fue enterrado el kamikaze palestino que este miércoles mató a un capitán de la policía de fronteras israelí y causó heridas de diversa consideración a otros tres al intentar arrollarlos en la línea de tranvía que discurre a través de la avenida que separa Jerusalén Este del Oeste.


Según explicaron testigos, el atacante, de 47 años y vecino del campo de refugiados de Suafat (Jerusalén Este), siguió después conduciendo e hirió a otras diez personas antes de ser muerto a tiros por la Policia israelí.

Antes de ser tiroteado, se había bajado del vehículo, una furgoneta blanca, y había trato de agredir a los viandantes con una barra de hierro, explicó otro de los testigos.


Un tribunal israelí dictó, por su parte, que el cadáver del kamikaze, identificado como Ibrahim Al Akari, hermano de un ex convicto de Hamás, fuera entregado esta medianoche a su familia y que a su entierro solo puedan asistir 35 personas, para evitar incidentes.


En un ataque similar, dos personas -una bebé judía de tres meses y una ciudadana ecuatoriana que pretendía convertirse al judaísmo- perdieron la vida el pasado 22 de octubre atropelladas por un kamikaze palestino que trató de arrollar a los viajeros que esperaban en una estación del tranvía vecina a la de este miércoles.


La acción fue aplaudida por el movimiento islamista Hamas y el resto de facciones palestinas, aunque el grupo no reivindicó formalmente la autoría del ataque.


Horas después, al menos tres soldados israelíes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, en otro supuesto intento de atropello deliberado cerca de la colonia de Gush Etzion, en la Cisjordania ocupada, que de confirmarse sería el tercero en dos semanas.


Según un comunicado del Ejército, un vehículo de transporte que al parecer tenía matrículas palestinas trató de arrollar a los tres soldados israelíes en la carretera 60, cerca de una población conocido como Al Arroub, antes de darse a la fuga.


El Ejército ha levantado puestos de control e iniciado un operativo en busca del presunto sospechoso en la zona de Gush Etzion, un bloque de colonias situado entre las localidades palestinas de Belén y Hebrón.


Ante esta situación, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, convocó este tarde una reunión de seguridad para acometer la creciente tensión que vive la ciudad santa.


Los barrios árabes de Jerusalén son testigos de una continuada violencia desde que a principios de julio ultranacionalistas judíos quemaran hasta la muerte a un menor palestino en venganza por el asesinato tres semanas antes de tres estudiantes israelíes a manos de ex convictos de Hamás en Cisjordania ocupada.


Desde entonces, los ataques con piedras al tranvía se han repetido, así como los de colonos y los enfrentamientos entre jóvenes palestinos y agentes israelíes.


Una tensión que se disparó hace dos semanas con el primer ataque de un kamikaze -que mató a dos personas- y que se multiplicó el miércoles cuando un palestino tiroteó y dejó gravemente herido en Jerusalén Oeste a Yehuda Glick, rabino ultranacionalista que trabaja para cambiar el estatus de la explanada de las Mezquitas.


Según el judaísmo, en el lugar donde se levantan las mezquitas de la Roca y Al Aqsa -tercer lugar más sagrado del islám- se elevaba el Segundo Templo Judío, destruido por los romanos hace 2.000 años, su santuario más sagrado.

Minutos después de que se reabriera este miércoles la zona al tráfico, un grupo de ultranacionalistas judíos apedreó el primer autobús procedente de Ramala que pasó, al grito de "muerte a los árabes" entre los esfuerzos por restaurar la normalidad de la Policía, que detuvo a uno de ellos.


Al caer la noche, alrededor de 200 haredies (miembros de la comunidad ultraortodoxa) se volvieron a concentrar en el lugar del ataque, vecino al barrio ultra religioso de Mea Sherim, para pedir venganza, según pudo observar Efe.