Merkel justifica el recorte de ayudas sociales para inmigrantes comunitarios

La Unión Europea "no es una unión social", subraya la canciller alemana.

La canciller alemana, Angela Merkel
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 La canciller alemana, Angela Merkel, afirma en una entrevista publicada por el diario 'Passauer Neue Presse' que la Unión Europea (UE) "no es una unión social", para justificar el recorte de ayudas a ciertos inmigrantes comunitarios.


La jefa del Gobierno alemán se mostró a favor de que se endurezcan las condiciones para optar a la prestación mínima que se otorga ahora a todos ciudadanos de Los Veintiocho -al equipararlos a los alemanes- por el mero hecho de buscar empleo y si no tienen ingresos.


Merkel argumentó que los alemanes no quieren pagar la ayuda denominada "Hartz IV", que supone algo más de 450 euros al mes, a todos los ciudadanos europeos "que se quedan en Alemania solo para buscar trabajo".


La canciller avanzó así la postura del Ejecutivo alemán tras el posicionamiento de la abogacía general del Tribunal de Justicia de la UE, que el martes dio la razón a Berlín e indicó que Alemania puede denegar prestaciones sociales a los ciudadanos comunitarios cuando se demuestre que han emigrado exclusivamente para percibir ayudas.


El Gobierno alemán anunció que prepara para antes del verano una normativa que modifique la distribución de ayudas entre ciudadanos comunitarios siguiendo las líneas maestras de la abogacía general del Tribunal de Justicia de la UE.


Según los medios alemanes, esta nueva regulación contemplaría incluso la prohibición de reentrada en Alemania a aquellos ciudadanos comunitarios que hayan "abusado" de los beneficios sociales, además de multas para los infractores.


La normativa, que elabora en la actualidad el Ministerio de Trabajo, podría asimismo endurecer las condiciones para que los ciudadanos comunitarios accedan a otras prestaciones -como las ayudas por hijo- y reducir a seis meses los permisos para buscar trabajo.


"Trabajamos para poder evitar los abusos de la mejor manera posible", aseguró Merkel.


La reforma sigue a una polémica a nivel político y mediático en Alemania sobre la llegada de inmigrantes, principalmente de Rumanía y Bulgaria, para presuntamente aprovecharse de los beneficios sociales de la primera economía europea.


Los bávaros de la Unión Socialcristiana (CSU), socios minoritarios del Ejecutivo en Berlín, han criticado lo que denominan "turismo social" y "migración de la pobreza".


El Ministerio de Trabajo alemán calcula que los comunitarios residentes en Alemania percibieron el año pasado ayudas sociales por un total de 1.700 millones de euros.