Los laboristas británicos proponen un "cambio constitucional" para Escocia

Quieren equilibrar el peso y las competencias entre todas las regiones del Reino Unido.

El exprimer ministro laborista británico Gordon Brown propuso, como alternativa a la independencia de Escocia, un "cambio constitucional" que equilibre el peso y las competencias entre todas las regiones del Reino Unido.


En un discurso en la ciudad escocesa de Glasgow, Brown -diputado por la circunscripción escocesa de Kirkcaldy y Cowdenbeath- planteó una ambiciosa propuesta que abre el camino hacia un Reino Unido federal.


Así, abogó por cambiar la constitución consuetudinaria con la introducción de una ley que crearía "una sociedad de naciones" que compartirían recursos y competencias de forma equitativa, con lo que se pondría fin al centralismo del Parlamento de Westminster en Londres.


El exlíder liberaldemócrata Menzies Campbell, responsable de elaborar un informe con las propuestas de los partidos británicos alternativas a la independencia, dijo que se hacen "recomendaciones racionales, razonables y ciertamente radicales".


"Equipar a Escocia con más competencias, lo que considero un paso inicial hacia un Reino Unido federal, es posible", valoró este parlamentario.


Brown propone seis cambios constitucionales para ampliar la autonomía escocesa, entre ellos garantizar por ley la permanencia del Parlamento autónomo escocés, recuperado en 1999 tras unirse con el de Inglaterra en 1707.


Además de esa estructura más descentralizada, el exjefe del Gobierno plantea el traspaso a Edimburgo de más competencias sobre empleo, salud, transporte y regeneración económica; un pacto fiscal para repartir y justificar las inversiones públicas y otros acuerdos para garantizar un enfoque conjunto a la hora de resolver asuntos como la pobreza y el desempleo.


"La mayoría de los escoceses no quiere una separación, pero sí desea un cambio, no el statu quo", declaró Brown, quien sustituyó a Tony Blair como primer ministro del Reino Unido en 2007 y estuvo en el cargo tres años, hasta que en 2010 perdió las elecciones generales.


"Faltan seis meses para el referéndum y es momento de detallar ese cambio", añadió.


Los escoceses mayores de 16 años votarán el próximo 18 de septiembre en una consulta si quieren o no la independencia de Escocia, con las encuestas de momento favorables al "no" y un alto número de indecisos.


"Si se les pide que voten a favor de la unión (con el Reino Unido), es clave que sepan el propósito de esto", reconoció el parlamentario de origen escocés.


Todos los partidos británicos han indicado que estarían dispuestos a ampliar la autonomía escocesa si sale el "no" en el plebiscito, en un intento de evitar la secesión de Escocia.


Un portavoz de la campaña por la independencia -encabezada por el ministro principal escocés y líder del Partido Nacionalista de Escocia (SNP), Alex Salmond- opinó que el plan de Brown acabaría en nada e insistió en que la única forma de emanciparse es con la secesión.


"Estamos de acuerdo con Gordon Brown en que el propósito del cambio constitucional debe ser dar poder a los ciudadanos. Y también en que los laboristas y los demás partidos deben concretar cuáles son las competencias que efectivamente garantizarían en caso de voto negativo", afirmó.


"Pero -manifestó- ya hemos oído antes estas promesas y quedaron en nada, y es lo que sucedería de nuevo en este caso".


El portavoz advirtió de que, si se rechaza la independencia el próximo septiembre, "se pagará un alto precio: más gobiernos conservadores que no se han votado (en Escocia), más austeridad y más ataques contra los más vulnerables".