Egipto

Los islamistas vuelven a tomar las calles de El Cairo

Cientos de miles de personas se han manifestado a favor de Mursi, mientras el clima de tensión aumenta.

Miles de personas exigen la liberación de Mursi
Los islamistas toman las calles en Egipto
KHALED ELFIQUI

Los partidarios del depuesto presidente egipcio Mohamed Mursi volvieron a tomar este viernes las calles de El Cairo en un claro desafío a las autoridades, entre los temores a un desalojo por la fuerza de sus acampadas.


Cientos de miles de islamistas se congregaron en las plazas cairotas de Rabea al Adauiya y Al Nahda y salieron en marchas por la ciudad para insistir en sus demandas de que Mursi sea restituido en el poder.


Las advertencias del Gobierno para poner fin a sus acampadas parecieron no calar hondo, y la Coalición de Defensa de la Legitimidad, que incluye a los Hermanos Musulmanes, llamó incluso a manifestarse al caer la noche frente a importantes sedes militares y de seguridad, como el cuartel de la Guardia Republicana.


En esta jornada, denominada "Egipto contra el golpe", las manifestaciones comenzaron tras el rezo musulmán del mediodía, durante el cual los sermones de los imanes de Rabea al Adauiya y Al Nahda se cargaron de connotaciones políticas.


"Dios devuelva sano y salvo al presidente (Mursi) y castigue a los traidores", dijo el imán de Rabea al Adauiya, quien insistió en que lo ocurrido en Egipto es "una conspiración para impedir la aplicación de la sharía (ley islámica)".


Las citadas plazas se han transformado en fortalezas, con muros de bloques de cemento y sacos terreros flanqueando sus accesos y montañas de piedras preparadas para ser lanzadas a la policía si decide desmantelar las acampadas.


En la plaza de Al Nahda, Heba Hasan, responsable del Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de la Hermandad, dijo a Efe que no permitirán "ser esclavizados y que se restaure de nuevo un régimen militar golpista".


"Confiamos en nuestra victoria y en que se cumpla nuestra voluntad. No tememos las amenazas", afirmó Hasan, que hizo hincapié en que ellos defienden la libertad y la legitimidad.


Preguntada por la necesidad de un diálogo entre las partes enfrentadas, la representante del PLJ señaló que "no hay lugar para soluciones intermedias" con los "usurpadores y sanguinarios".


Sin embargo, el diario oficial "Al Ahram" indicó que hay conversaciones entre el Gobierno y los islamistas para evitar un derramamiento de sangre.


Según este periódico, los Hermanos Musulmanes piden la liberación de algunos islamistas detenidos tras el golpe militar, y las autoridades exigen el cese de las protestas espontáneas y los discursos que instigan a la violencia.


El líder de la cofradía, Mohamed Badía, instó de todas formas a que continúen las protestas, coincidiendo con la llegada del subsecretario de Estado de EEUU, William Burns, que efectúa su segunda visita a Egipto desde el golpe militar.


Al Nahda y Rabea al Adauiya fueron puntos de encuentro de numerosas marchas, algunas de las cuales también se dirigieron a la llamada Ciudad de la Producción Cinematográfica, en las afueras de El Cairo, donde estallaron enfrentamientos con la policía.


Las fuerzas antidisturbios dispersaron con gases lacrimógenos a cientos de seguidores de Mursi en esta zona ante el temor de que los manifestantes irrumpieran en el complejo, según informó a Efe una fuente de seguridad.


Los islamistas lanzaron piedras contra la policía y bloquearon el tráfico, en protesta por la campaña de desprestigio contra su causa que llevan a cabo, en su opinión, algunos canales con sede en esta ciudad.


Pese a estos incidentes, que causaron algunos heridos, las protestas se mantuvieron por lo general tranquilas, aunque ambos bandos no hacen más que elevar el tono de sus acusaciones.


Varios responsables de organizaciones gubernamentales de derechos de la infancia responsabilizaron hoy a los islamistas de usar a los niños con fines políticos en sus manifestaciones, incluso como "escudos humanos".


El secretario general del Consejo Nacional de la Infancia y la Maternidad, Naser al Sayed, denunció que los islamistas han vestido a los menores con mortajas y con ropas que aluden a un futuro martirio.


"Estos sucesos implantan el odio en los niños contra la sociedad, la policía y el ejército", lamentó Al Sayed, mientras que la presidenta del Consejo Nacional de la Mujer, Mervat al Talaui, afirmó que "esa explotación de los niños creará una nueva generación de terroristas".


Buscando un punto intermedio, el gran imán de Al Azhar, la más prestigiosa institución musulmana suní, jeque Ahmed al Tayeb, insistió hoy en su rechazo al uso de la violencia y defendió "las soluciones políticas y el diálogo" para salir de la crisis.