Multinacional sueca

Ikea se disculpa por fabricar muebles en cárceles de la Alemania comunista

La empresa de encargada de la auditoría, Ernst & Young, destaca que presos políticos germanoorientales trabajaron en la producción de piezas para muebles de Ikea hace entre 25 y 30 años.

El fabricante de muebles y productos de decoración sueco Ikea se disculpó este viernes públicamente por haber empleado a presos políticos de la extinta República Democrática Alemana (RDA) para producir piezas para sus artículos.


"Utilizar a presos políticos en la producción fue y es algo totalmente inaceptable", declaró el gerente de Ikea en Alemania, Peter Betzel, con motivo de la presentación de un informe sobre las actividades de la cadena sueca en la desaparecida RDA.


El estudio, encargado por la propia marca internacionalmente conocida, ha sido elaborado por la empresa de auditoría Ernst & Young y en el mismo se destaca que presos políticos germanoorientales trabajaron en la producción de piezas para muebles de Ikea hace entre 25 y 30 años.


"Quiero expresar mí más profundo pesar", dijo Betzel, quien aseguró que la compañía había intentado prevenir el empleo de presos políticos, medidas que este viernes en día se sabe que no fueron lo suficientemente efectivas, agregó.


Por aquel entonces, la empresa sueca no contaba con un sistema de control tan amplio como el que tiene actualmente, señaló.


Según el estudio, la cadena conocía al menos desde 1981 la posibilidad de que hubiera presos políticos trabajando en la producción de artículos para Ikea.


"Estamos muy afectados", aseguró Betzel, quien alegó que este viernes en día se tiene otra visión de las cosas, al ser interrogado sobre por qué la compañía no dejó de cooperar con la RDA ante la duda de que se emplease a presos políticos.


El informe señala que Ikea contaba desde 1980 con una representación en Berlín Este, desde la que se coordinaban las exportaciones e importaciones y contratos de reparto con al menos nueve empresas de exportación.


Asimismo, el documento señala que al menos 66 empresas tenían relación directa con la cadena sueca.


El delegado federal para los archivos de la Stasi (la inteligencia de la Alemania comunista), Roland Jahn, valoró el hecho de que Ikea esté abierta a estudiar "este capítulo oscuro", mientras que la propia compañía anunció que apoyará económicamente esta tarea.


En tanto, la secretaria general de la fundación que investiga la dictadura del Partido Socialista Unificado de la RDA, Anna Kaminsky, exigió la creación de un fondo para los afectados.


Ikea anunció ya en junio la apertura de una investigación externa independiente y la habilitación de una línea telefónica especial para esclarecer las acusaciones de que empleó a presos de la Alemania Oriental para su producción.


La iniciativa de la cadena de muebles sueca se produjo después de que antiguos presos en la Alemania comunista declararan que tuvieron que producir en la cárcel artículos para Ikea.


Entonces salió ya a la luz que la compañía escandinava suscribió a finales de los años ochenta un acuerdo con las autoridades de la RDA a raíz del cual intervinieron en la producción de sus artículos presos políticos germanoorientales.


El acuerdo fue suscrito en septiembre de 1987, dos años antes de la caída del Muro de Berlín, por dos empresas de la RDA con Ikea Trading Berlín, una delegación de la empresa sueca en la entonces ciudad dividida.