Victoria electoral de Obama

Los grandes desafíos para Obama, el nuevo presidente de Estados Unidos

El reelegido presidente norteamericano tendrá que contar con la oposición republicana para luchar contra la grave crisis de deuda que afecta a EE. UU.

Los desafíos políticos del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, son enormes, sobre todo en la lucha contra la crisis de la deuda, donde tendrá que contar con la cooperación del principal partido de la oposición y mostrar disposición a compromisos. Justo lo que ha faltado en los últimos años. 


Economía

En las próximas semanas se librará una batalla decisiva: si demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo, a partir de 2013 expiran toda una serie de ventajas fiscales y entrarán en vigor una serie de recortes por un volumen millonario. Los expertos hablan de "precipicio fiscal" (fiscal cliff). 


A largo plazo, habrá que cuadrar el círculo para conseguir reducir la elevada deuda de 16 billones de dólares (12.500 millones de de euros) sin perder de vista las inversiones, pues hay que renovar muchas infraestructuras del país que se encuentran en mal estado.

Irán, tema candente en política internacional

En política internacional, el tema más candente es Irán. Como Teherán sigue adelante con su programa nuclear a pesar de las amplias sanciones, Israel no deja de amenazar con un ataque militar contra los búnkers nucleares iraníes. Si Irán no acaba cediendo, una acción de esas características podría entrar dentro de unos meses en el escenario de lo posible. Estados Unidos teme verse arrastrado a un conflicto armado. Todo Oriente Próximo podría convertirse en un infierno.


El continuo derramamiento de sangre en Siria también está dando dolores de cabeza a Estados Unidos. ¿Durante cuánto tiempo podrá Washington ver cómo se mata a gente sin intervenir? Los militares quieren evitar una intervención, porque se trata de un riesgo incalculable.


También en el conflicto entre palestinos e israelíes es necesario actuar. El presidente Obama declaró el proceso de paz en Oriente Próximo como tema prioritario pero los posibles avances no llegan y en eso ha influido también la poca sintonía que tiene el mandatario estadounidense con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.