Ambos han cerrado su espacio aéreo

Crece la tensión entre los gobiernos de Siria y Turquía

El pasado miércoles, cuatro cazas turcos obligaron a aterrizar a un avión de Syrian Airlines que cubría la ruta entre Moscú y Damasco ante la sospecha de que transportaba armas.

El Gobierno sirio prohibió entrar en su territorio a aviones civiles turcos en un nuevo episodio de tensión entre los dos países, que se ha visto acrecentada desde la retención el pasado miércoles de un avión sirio en Turquía.


El Ministerio sirio de Asuntos Exteriores anunció en un comunicado difundido por la agencia oficial de noticias, Sana, que ha aplicado el principio de reciprocidad desde esta medianoche en respuesta al incidente del avión que fue retenido durante varias horas.


Por su parte, Turquía ha cerrado su espacio aéreo a la aviación civil siria, en represalia por el uso de una nave de pasajeros para transportar material con fines militares, informó el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu.


"Ayer vetamos el uso de nuestro espacio aéreo a los aviones civiles sirios, mientras que ya hace tiempo que está cerrado a sus vuelos militares", declaró Davutoglu durante una ceremonia en la ciudad de Konya


El ministro, citado por la agencia de noticias semioficial Anadolu, explicó que la medida respondía al intento del Gobierno sirio de utilizar los aviones de pasajeros para transportar materiales destinados a fines militares.


El Gobierno de Damasco lamentó la actitud de Ankara, ya que, en su opinión, perjudica a los intereses del pueblo sirio.


El pasado miércoles, cuatro cazas turcos obligaron a aterrizar a un avión de Syrian Airlines que cubría la ruta entre Moscú y Damasco ante la sospecha de que transportaba armas.


Tras confiscar parte de su carga, Ankara acusó a la tripulación del avión de llevar "material militar" con destino al Ministerio de Defensa sirio, en contra de lo permitido por las normas de aviación civil internacionales, si bien Rusia negó ese extremo.


Siria y Turquía se encuentran enfrentados también a raíz de una serie de incidentes fronterizos que estallaron a comienzos de este mes cuando cinco personas murieron por el impacto de un obús sirio en el pueblo turco de Akçakale.


El Gobierno de Turquía ha desplegado más de 250 carros de combate y ha reforzado con 25 cazas F-16 la dotación de la base aérea meridional de Diyarbakir, además de recibir la autorización del Parlamento para enviar tropas a Siria.


Mientras, continúan los enfrentamientos en el norte de Siria, en las provincias fronterizas con Turquía, entre las fuerzas leales y opositoras al régimen de presidente sirio, Bachar al Asad.


Un avión militar sirio fue hoy alcanzado por disparos de rebeldes mientras bombardeaba la zona de Wadi Adif, en la provincia de Idleb, donde también hubo choques en los alrededores de un campamento militar, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.


Sin llegar a abatir la nave, los insurgentes se enfrentaron a la aviación del régimen como ya ocurriera en la víspera, cuando miembros del Ejército Libre Sirio (ELS) aseguraron haber derribado un avión Mig de fabricación rusa en la provincia de Alepo, también en el norte del país.


Tanto Idleb como Alepo han sido hoy los principales blancos de los bombardeos aéreos del régimen sirio, en una jornada en la que fallecieron al menos sesenta personas, entre civiles e insurgentes, de acuerdo al Observatorio.


En ese recuento no están incluidos decenas de cadáveres maniatados que fueron hallados hoy en un hospital de Moadamiya al Sham, en los alrededores de Damasco, según los grupos opositores sirios, que acusaron a las fuerzas del régimen de esta matanza.


Según el Observatorio, todo apunta a que las víctimas fueron asesinadas durante una operación de las tropas del régimen en esta zona.


Sin embargo, los Comités de Coordinación Local (CCL) y la Comisión General de la Revolución Siria elevaron la cifra de cadáveres a un centenar y situaron el centro médico entre Moadamiya al Sham y la cercana población de Daraya.


La agencia oficial siria, Sana, informó por su lado de que el Ejército sirio ha matado a "decenas de terroristas", ha "destruido sus refugios" y se ha incautado de armamento antiaéreo, sin dar más detalles.


Estos sucesos coinciden con la difusión de un informe de la organización Human Rights Watch (HRW) que denuncia que la aviación del régimen sirio ha utilizado en los últimos días bombas de racimo, prohibidas por numerosos países.


El grupo de derechos humanos sostiene que existen nuevas pruebas de que el ejército está lanzando en varias zonas de Siria bombas de racimo de tipo RBK-250 o submuniciones AO-1Sch, ambas de fabricación soviética.