Con duras críticas contra Repsol

El gobierno argentino concluye la intervención de YPF

"YPF era una compañía en liquidación", dijo Kicillof. viceministro de Economía

Kicillof. viceministro de Economía
Kicillof. viceministro de Economía
EFE

El Gobierno argentino anunció el fin de la intervención estatal de YPF y acusó al grupo español Repsol de tener planes de "vaciamiento" para la compañía y "depredar" el medio ambiente, en vísperas de la junta de accionistas de la petrolera convocada en Buenos Aires para el próximo lunes.


Las acusaciones contra Repsol fueron lanzadas por el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof, al presentar un informe elaborado por los interventores del Estado sobre la situación de YPF, cuya intervención y expropiación a Repsol fue anunciada el pasado 16 de abril.


"YPF era una compañía en liquidación", dijo Kicillof. "Era una vaca lechera a la que iban a ordeñar hasta la muerte", insistió uno de los nuevos hombres fuertes del Gobierno de Cristina Fernández.


"No han explorado, no han invertido en superficie, han dejado caer las reservas, han dejado caer la producción y han hecho mucha plata", afirmó en relación con la gestión de Repsol en la petrolera argentina.


Sostuvo que las nuevas autoridades han "visto planes confidenciales para el futuro y esto iba a hacer todavía más daño, iba a configurar una figura que he llamado vaciamiento (...) con uso irracional de los recursos".


"Todo eso hemos encontrado cuando abrimos los archivos secretos de la compañía", agregó Kicillof, para quien la estrategia de Repsol se concentró en utilizar los beneficios de YPF para su expansión internacional.


"Repsol se internacionaliza sobre las costillas de YPF", dijo, tras "canibalizar" a la petrolera y "depredar nuestro medio ambiente", insistió.


"Repsol dejó de explorar, no sé a qué se dedicaba esa empresa, no era una petrolera, era otra cosa. Era un negocio financiero de ganancias fáciles para llevárselas al exterior", continuó el viceministro, que adelantó que en breve se anunciará un plan de negocio para los próximos cien días y luego un plan quinquenal.


A pesar de las duras acusaciones lanzadas contra Repsol, el viceministro argentino admitió que el grupo español "deja una YPF de una potencialidad enorme, aun con toda la destrucción que sembraron".


Kicillof se refirió también al yacimiento de petróleo no convencional de Vaca Muerta, que para algunos analistas y empresarios del sector está en la raíz de la expropiación, para denunciar que Repsol "sale a hacer plata" con su descubrimiento.


"Encontramos el cronograma de 142 reuniones con petroleras internacionales, 142 reuniones para vender nuestros recursos o la empresa entera. Yo creo que la empresa entera, que estaban yéndose", afirmó.


Pese a las críticas a Repsol por sus contactos con empresas del sector, el ministro De Vido reconoció que también el Gobierno argentino se ha reunido con multinacionales para establecer posibles alianzas.


"Compañías como Apache y Total, que producen 'shale oil' (hidrocarburos no convencionales) en Argentina y tienen interés en asociarse con nosotros", dijo el titular de Planificación, que apostó por una estrategia de "sumar inversiones para crecer".


La carga contra Repsol incluyó incluso a la sede de la compañía, ubicada en una torre del exclusivo barrio porteño de Puerto Madero, donde reside el vicepresidente argentino, Amado Boudou, y varios altos cargos del Gobierno.


Las críticas alcanzaron también al presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien esta semana confió en que podrá negociar una compensación por la expropiación de YPF con un próximo gobierno en Argentina.


Para De Vido, son unas declaraciones "vergonzosas", constituyen una "falta de respeto" y "seguramente" serán respondidas "muy vivamente" en la asamblea de accionistas del próximo lunes.


Repsol controlaba el 57 % del capital de la petrolera argentina y tras la expropiación mantuvo un 6 %.


Ahora pasa a controlar el 12 % de YPF tras asumir los derechos políticos de otro 6 % que correspondía a la garantía de los préstamos con los que el grupo Petersen entró en la firma.