Internacional

La ONU condena la matanza de Houla y pide la retirada militar siria

El Consejo de Seguridad pidió al régimen de Damasco el inmediato cese del uso de armamento pesado y la retirada de sus tropas de las ciudades, así como la apertura de una investigación.

Observadores de la ONU en Siria
ONU
EFE

El Consejo de Seguridad de la ONU condenó hoy la matanza de Al Houla y pidió al régimen de Damasco el inmediato cese del uso de armamento pesado y la retirada de sus tropas de las ciudades, así como la apertura de una investigación.


El Consejo de Seguridad, en una declaración aprobada por unanimidad, pide al Gobierno del presidente Bashar al Asad "el inmediato cese del uso de armamento pesado contra los centros de población y la retirada de todas sus tropas y su armamento de esos centros, así como la vuelta a sus cuarteles".


"Ese atroz uso de la fuerza contra la población civil es una violación de la ley internacional y de los compromisos del Gobierno sirio con la ONU", afirmó el Consejo.


Los quince, bajo la presidencia de Azerbaiyán en mayo, se reunieron este domingo de urgencia para abordar el agravamiento de la crisis siria después de que observadores militares y civiles de la misión de la ONU (UNSMIS) en ese país encontraran casi un centenar de cadáveres en el área de Al Houla, en Homs.


Aunque inicialmente se habló de 92 cadáveres, entre ellos los de 32 niños, así como centenares de heridos, y después fuentes diplomáticas elevaran esa cifra a 116, el embajador adjunto de Francia, Martin Briens, señaló que habían sido "108 muertos, de los que 49 eran niños", según había explicado el jefe de UNSMIS, el general Robert Mood.


En la carta dirigida por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al presidente de turno del Consejo, el embajador azerbaiyano Agshin Mehjidev, y estudiada en la reunión, se menciona que "miembros del Ejército Sirio Libre y residentes locales dicen que 116 fueron asesinados y hubo más de 300 heridos".


Los observadores de UNSMIS, dice Ban en su carta, "visitaron los pueblos de Taldou y Kafar Laha, en el área de Al Houla, donde vieron los muertos y confirmaron el uso de fuego de artillería y de obuses contra una zona residencial".


Precisamente el uso de ese tipo de armamento pesado, que en numerosas ocasiones tanto Ban como el Consejo han pedido a Siria que cese de utilizarlo contra la población civil, se convirtió en el punto divergente entre los quince.


Mientras Francia, Reino Unido o Alemania apuntaron directamente al régimen de Damasco por usar armamento pesado contra civiles, Rusia cuestionó que su aliado lo haya utilizado y pidió que se determine la autoría de la matanza.


El Gobierno sirio, insistió su embajador ante la ONU, Bashar Jafari, niega estar detrás de esos asesinatos y culpa de los ataques a grupos terroristas "armados por extranjeros" y a la oposición, que le devuelve la acusación.


Ban explicó al Consejo que personas de esos dos pueblos, que han estado rodeados de fuerte presencia militar, relataron a los observadores de UNSMIS lo sucedido y que, fuentes gubernamentales por su parte, les indicaron que el 25 de mayo murieron siete oficiales de seguridad en la zona.


El máximo responsable de la ONU señaló también al Consejo que los observadores de UNSMIS "encontraron 85 cadáveres, incluidos 14 niños y siete mujeres en la mezquita de Taldou. Aunque no pudieron determinar de inmediato la causa de la muerte, tenían heridas por disparos de artillería".


Asimismo indicó que la población local informó de que había más cadáveres en otra mezquita, que "la UNSMIS no pudo visitar por cuestiones de seguridad. Vieron artillería y obuses, así como huellas recientes de tanques".


Los observadores militares vieron también otros cadáveres en una mezquita, de los que tres presentaban disparos por arma de fuego y otros cuatro tenían heridas graves en el rostro, además de otros "seis u ocho con señales de abusos físicos".


En Kafar Laha, la población local dijo a los "cascos azules" que los autores de los ataques habían sido integrantes del grupo paramilitar progubernamental "Shabiha", procedentes del vecino Kabou.


El embajador adjunto de Francia, Martin Briens, agregó que el informe del militar del general Mood fue "abrumador, confirmó la horrenda masacre, en unos términos que van más allá del entendimiento", al tiempo que señaló que Siria es una amenaza a la estabilidad regional.


Por su parte, el embajador de Reino Unido, Mark Lyall Grant, subrayó que el mensaje del Consejo de Seguridad al régimen de Damasco es que "como ya se le ha hecho saber claramente, no hay nada que justifique un ataque con armamento pesado contra la población civil".


El Consejo expresó también su "pleno apoyo" al plan de paz y a los esfuerzos del enviado especial, Kofi Annan, que está previsto se traslade a Siria en las próximas horas para reunirse con Asad y miembros de su Gobierno, así como con la oposición.


El plan de paz, en vigor desde el 12 de abril, exige a todas las partes el inmediato fin de la violencia y de las violaciones de los derechos humanos, así como asegurar el acceso de personal humanitario al país, facilitar la transición política siria hacia la democracia, el inicio del diálogo político y permitir el acceso de la prensa, entre otros.