BISCARRUÉS

Un informe de la CHE sostiene que la presa mejoraría el rafting

Asegura que una gestión eficaz de los caudales del río Gállego minimizaría el impacto sobre las empresas de aguas bravas.

La presa de Biscarrués convertiría en impracticable para el rafting el último tramo del río, al quedar las aguas embalsadas, pero una eficaz gestión de los caudales permitiría hacer navegable otro, entre la Peña y la central de Carcavilla, que a día de hoy no lo es. Este deporte, que atrae a miles de aficionados y ha hecho crecer una próspera industria de empresas de aventura, no se acabaría con el embalse sino que incluso se podría mejorar ampliando el calendario al mes de octubre, gracias al incremento del caudal que hoy por hoy no es suficiente.


Así lo sostiene un informe remitido por la Confederación Hidrográfica del Ebro, uno de los últimos incorporados al expediente dentro de la petición de información complementaria solicitada por la ministra de Medio Ambiente. El jueves, Rosa Aguilar estuvo reunida durante dos horas con representantes de Riegos del Alto Aragón, sindicatos agrarios y cooperativas, encuentro al que también asistió el delegado del Gobierno, Javier Fernández. Les comunicó que da por finalizada la recopilación de los informes complementarios a la Declaración de Impacto Ambiental y que en el plazo de un mes se podrá emitir la resolución.


Perder el 30% del negocio


El informe de la CHE pretende demostrar que una buena gestión del caudal minimizaría el impacto socioeconómico de la obra. Y es que según los empresarios de aguas bravas, el embalse inunda todo el tramo entre Murillo y Santolaria y el tramo final entre Carcavilla y Murillo, lo que significa perder el 30% del negocio.


El presidente de la Asociación Gállego Activo, Gustavo Ortas, afirma que el pantano anega el tramo inferior de Murillo a Santa Eulalia, además de dos kilómetros del tramo alto, quedando únicamente siete de los 22 kilómetros actuales. A su juicio, la viabilidad de la industria turística de la zona, que emplea a 300 personas, quedaría comprometida.


Ayer se dio a conocer otro documento de evaluación, en este caso de la Fundación Nueva Cultura del Agua y firmado por siete profesores de distintas universidades. En él analizan las carencias del proyecto y su impacto ambiental y socioeconómico. Afirman que el embalse de Biscarrués supondría una «pérdida irreparable de naturalidad, geodiversidad y biodiversidad en el río Gállego», y además «cualquier tipo de regadío en Monegros es incompatible con la conservación de las aves esteparias».