CAZA

Un cazador francés, en la uci tras recibir un disparo fortuito en Jaca

Un proyectil le alcanzó en el abdomen durante una batida de jabalís. Otro aficionado murió en Artieda hace ocho días.

Una batida de jabalís en la Peña Oroel de Jaca acabó el domingo con un cazador herido grave y uno de sus compañeros detenido, aunque tras ser interrogado por la Guardia Civil quedó en libertad a la espera de declarar ante el juez. No obstante, fuentes de la investigación atribuyen lo sucedido a un accidente. Es el segundo siniestro relacionado con la caza que se produce en la comarca de la Jacetania en apenas ocho días, después de que un vecino de Pamplona falleciera el pasado 22 de enero en Artieda a causa de un disparo.


El suceso ocurrido en el paraje de Ordolés, en la cara sur de Oroel, se produjo sobre las 13.00 del domingo mientras la víctima, Serge Eloy Laurent M., de unos 50 años, participaba en una batida de jabalís con una de las cuadrillas -formada por alrededor de 20 personas- de la Sociedad Deportiva de Caza de Jaca, a la que la víctima, de nacionalidad francesa, pertenece «desde hace muchos años», explicaron ayer sus responsables.


Al parecer, un animal al que habían herido se refugió en un barranco próximo a la pardina de Ordolés, por lo que tres cazadores, entre ellos el que luego resultaría herido, fueron en su búsqueda. El francés se quedó arriba, mientras que los otros dos descendían al barranco para rematarlo. Uno de ellos, A. J. S. S., vecino de Jaca, efectuó un disparo con un rifle del calibre 300, «de muchísima potencia», según los expertos, y atravesó al jabalí malherido.


Siempre según la versión ofrecida por algunos de los participantes en la cacería, a continuación, la bala impactó en una mano del cazador francés y de allí salió hacia la culata del arma que portaba, para ir a parar al abdomen, donde presentaba un orificio de entrada y otro de salida que le provocó una pérdida de masa intestinal. Además, la herida que había sufrido justo antes en la mano estuvo a punto de seccionarle totalmente el dedo índice. De momento, no está claro si la víctima se movió de la posición que se le había asignado o si el proyectil rebotó en algún otro punto antes de darle.

Complicada evacuación

Fueron sus compañeros los que avisaron a los equipos de emergencias y hasta las inmediaciones del lugar del suceso se desplazó una ambulancia, pero no pudo asistir al herido porque este se encontraba «en una zona bastante inaccesible» a la que se llega por varias pistas tras dejar la carretera de Jaca a La Peña (A-1205), explicó el presidente de la Sociedad Deportiva de Caza de Jaca, Mariano Rapún.


Ante la imposibilidad de desplazarse al lugar, se buscaron alternativas para su evacuación. Rapún comentó que para ello contaron con la colaboración de un vecino de la pardina de Ordolés, próxima al barranco, quien les prestó una motosierra para despejar el camino y una camilla de la que disponía que permitió llevar a la víctima hasta una zona más despejada. Mientras, se movilizó al helicóptero del 112, que, una vez rescatado, traslado al herido hasta el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, ante la gravedad de las lesiones que presentaba.


El presidente de la sociedad a la que pertenece el hombre comentó que durante la hora aproximadamente que tuvieron que aguardar hasta la llegada del helicóptero, el herido mantuvo «sus constantes vitales» y se encontraba consciente. Incluso pudo hablar con sus compañeros, añadió. Por fortuna, pese a las heridas sufridas y a que el orificio de salida por el temporal del abdomen era «bastante grande», «no perdió mucha sangre». Nada más llegar al hospital, tuvo que ser intervenido de urgencia y quedó ingresado en la uci, donde continuaba al cierre de esta edición.


Mientras, el compañero que efectuó el fatal disparo, A. J. S. S., vecino de Jaca, prestó declaración como presunto autor de las lesiones causadas por imprudencia.


Tras ser interrogado ante la Policía Judicial de la Guardia Civil de esta ciudad, que se ha hecho cargo de la investigación, quedó en libertad, a la espera de ser citado por el juez. Mariano Rapún recordó que tanto el aficionado que disparó como el herido «tienen muchísima experiencia» y conocen perfectamente la zona, muy frecuentada por los cazadores.