Los trucos, como los de las cabañeras de antaño, sonando por las calles de Alerre. Cuentos en los que los pastores y sus ganados eran los protagonistas. Una exposición en la que antiguas 'cañablas' talladas a mano en madera, morrales de piel de cordero o zamarras llamaban la atención de público. La música folc de Olga y los Ministriles para mover el esqueleto. Y un gran pasacalles de fuego para cerrar la fiesta, la gran fiesta ganadera que bajo el título 'Contando ovejas' casi ponía el punto y final al festival Cosecha de Invierno de la Hoya de Huesca, un ciclo que durante el último mes ha recalado en 14 núcleos de la comarca con música, teatro y exposiciones.

Fueron sin duda los trucos de Chistau una de las grandes citas ya que era la primera vez que salían de su valle para mostrar este sonido tan peculiar que cada noche de San Antón ronda por todos los pueblos del valle. Sin importar la edad, más de treinta personas de este valle de Sobrarbe hicieron sonar sus grandes esquilas por las calles de Alerre durante más de una hora.

El sonido anunciaba su llegaba y la gente no dudaba en asomarse a las ventanas, igual que hace décadas se hacía en muchos pueblos cuando oían llegar a los trashumantes. Otros, cámara en mano, retrataban el momento.

Pero no fue la única cita del día y con el título 'Ya suenan las esquilas', Sandra Araguás narró a los presentes historias de pastores y ganados, pero también del diablo convertido en 'buco' (macho cabrío). Y fueron diablos, Os Diaples d'a Uerba, quienes pusieron con fuegos y un espectáculo pirotécnico el cierre a la gran fiesta en la que no faltó la música de Olga y los Ministriles, sones en los que mezcla lo antiguo y lo nuevo.

Era la recta final de un festival, que acaba hoy con un concierto coral en Arbaniés, organizado por la comarca de la Hoya que con un presupuesto más austero que otros años, pero con mucha imaginación y creatividad, ha llegado a 14 núcleos de dicho territorio como Sieso, Riglos, Agüero, Sena o Arascués.

El ciclo, que pretende ser un dinamizador cultural en los pueblos que conforman la comarca, se dividía este año en tres grupos: la música, en la que ha habido country, tango, folck o coral; la tradición, en la que se englobaba la gran fiesta ganadera de ayer o el pasacalles juglaresco de Los Navegantes por Bolea; y por último, la actividad que se ha desarrollado en los colegios, cuyos alumnos escribieron un cuento.