Ribagorza y Sobrarbe juntas superan en extensión a Cantabria o La Rioja; y las cuatro comarcas pirenaicas son más grandes que el País Vasco pero solo cuentan con 50.000 habitantes. Son solo algunas de las comparaciones del antropólogo Severino Pallaruelo para poner de manifiesto que "sin población, no hay desarrollo posible en el Pirineo". Por ello, reclamó ayer la necesidad de planificar para facilitar el asentamiento de la población. Al mismo tiempo, animó a superar ese miedo de "romper la postal" de un entorno idílico a cambio de desarrollo.

La dicotomía entre la conservación y el desarrollo fue el asunto que abordó en la conferencia de ayer a las 19.00 en Castejón de Sos, en la jornada organizada por el Centro para el Desarrollo de Sobrarbe y Ribagorza (Cedesor) con la colaboración de Prames. También participaron los directores de los medios de comunicación aragoneses con los que al término se estableció un diálogo. Los representantes de entidades locales aprovecharon su presencia para enseñarles algunas iniciativas como el Centro de Ocupación Socio-Laboral El Remós de Sesué o el Museo del Sarrio de Castejón. Hoy conocerán otros proyectos de Sobrarbe.