TERCERA DIVISIÓN

Robres festeja el ascenso

El conjunto monegrino ascendió por primera vez a Tercera División con el técnico José Miguel Sobrevía a la cabeza.

La plantilla del Robres, eufórica tras certificar el ascenso a la Tercera División.
Robres festeja el ascenso
PATRICIA PUéRTOLAS

Champán, traca y cantos de alegría para festejar la materialización de un sueño: el Club Deportivo Robres ya es equipo de Tercera División. El equipo monegrino venció el domingo al Alcampell y selló su ascenso de categoría. Un logro histórico para la localidad monegrina, que suma 600 habitantes y que así se enfrentará la próxima temporada a clubes de la talla de Monzón, Barbastro, Binéfar o Sabiñánigo, además de Zaragoza B, Utebo, La Muela o Ejea.Aunque costó abrir la lata, el Robres firmó cuatro goles y a cada uno de ellos les siguió un mismo esquema: celebración sobre el césped, abrazos en la grada y estallido de pólvora. El olor de la victoria. «Hoy es un día histórico; estamos muy satisfechos por la plantilla, por la afición y por la posibilidad de hacer feliz a todo un pueblo», afirmó al finalizar el encuentro el presidente del club, Fernando Rivas. El campo de San Blas, que ha sido un fortín toda la temporada, tuvo ayer sus gradas abarrotadas y estalló de alegría durante la celebración final. Y es que «el esfuerzo ha sido tremendo, ni siquiera el ascenso era nuestro objetivo al inicio de la temporada, pero lo hemos logrado y estamos felices», añadió Raúl Perul, máximo goleador del equipo con 31 dianas. Aún sobre el campo, José Miguel Sobrevía, Chemi, entrenador de los monegrinos, ensalzaba el trabajo de la plantilla y aseguraba que la clave del ascenso ha estado «en la unión del vestuario, el apoyo de la directiva y la afición e, incluso, en la capacidad del equipo de continuar cuando las cosas nos eran desfavorables». De hecho, ni siquiera fue plácido el partido frente al Alcampell, que presentó batalla desde el inicio y que demostró lo competitiva que ha resultado la categoría. «Éramos ocho aspirantes, hemos peleado mucho y al final hemos tenido de cara la suerte en el tramo final», argumentó Chemi.

Antes del pitido final, tras materializarse el cuarto gol, la megafonía anunció champán, magdalenas y vino para todos los asistentes, los jugadores mantearon a sus talismanes sobre el césped y dieron continuidad a la fiesta dentro del vestuario. Robres, localidad de 600 habitantes, cumplió su sueño y lo celebró por todo lo alto.

Ahora tocará formar un proyecto con el anhelo de la permanencia en la máxima categoría regional. La localidad toma de esta manera el relevo de otros clubes modestos que alcanzaron la Tercera, como San Lorenzo, La Fueva, Pomar o Altorricón.