Peter Plan lanza su disco 'La Reserva' desde Chistau

Pedro Lucena, más conocido como Peter Plan, acaba de presentar su último disco ‘La Reserva’ cocinado íntegramente desde Plan. La influencia del valle de Chistau ha calado hondo en este músico catalán que introduce en sus canciones palabras en aragonés. Con la última tecnología y “grandes dosis de talento realzado con una buena copa de Cardhu”, este músico con ceguera parcial ha compuesto y grabado él mismo ocho temas que derrochan fuerza y “buen rollo a través de los sentimientos”.

‘La Reserva’ es el primer trabajo en solitario de Lucena tras su paso por el grupo Mundo Factoría con el que grabó ‘Alma de dinosaurio’ y un segundo disco con Los Zegatones, ‘Te veo venir’. Al igual que en los anteriores casos, las 1.000 copias editadas han sido subvencionadas por el fondo de iniciativas culturales de la ONCE.

Hay mucho de Sobrarbe en sus temas, como la colaboración de Colís, un músico de la zona con el que ha compuesto y grabado la canción ‘Corazón de piedras y chén’ o el intento de Roberto Serrano, miembro de la Orquestina del Fabirol, cuyas melodías de violín tendrán que esperar al próximo disco. “Tras una larga cena y más de una botella de vino el hecho se quedó en un mero intento, no fuimos capaces”, reconoce Peter Plan, al que la fecha de entrega del álbum se le hizo corta.

Tiene canciones intimistas y autobiográficas, mientras en otras destaca su influencia del pop rock nacional, como en ‘Déjame cantar’. “Tengo influencias de Celtas Cortos, Los Secretos o Seguridad Social, entre otros”, comenta.

Hay temas de amor y desamor, como el ejemplo de “Tengo”, una de las canciones favoritas de sus seguidores que “se inicia en acústico para volverse más rockera.” “Es una cuenta pendiente que tenía con mi ex novia, aunque también he hecho temas a otras mujeres que me han causado buena impresión”, sonríe.

Con ayuda de un técnico

El músico define su trabajo como “sencillo, escueto y resultón” respecto a sus discos anteriores grabados en grandes estudios. Este lo ha preparado él solo grabando la percusión, el bajo, la armónica, guitarras acústicas y eléctricas y, por supuesto, las voces. “Tuve que echar mano de un técnico para que me ayudara a manejar el programa de grabación”, asegura.

Lleva dos años y medio viviendo en Plan tras dejar atrás la Ciudad Condal. Vivir en este lugar ha aportado al disco muchos beneficios. “He gozado de un privilegio que pocos músicos tienen por tierras bajas, como la buena armonía con la naturaleza, mucha tranquilidad y sonidos naturales a la hora de hacer las cosas más cotidianas: el río, los pajarillos, etc.”.

Su limitada visión no es un problema en Plan ya que afirma que es un pueblo sin barreras arquitectónicas, aunque espera la llegada de un perro guía para poder caminar libremente por la montaña.

Le gustaría presentar su disco en Huesca y ya tiene cerrados tres conciertos en Cataluña. “Espero que me vayan saliendo también en Aragón, pero lo que realmente me gustaría es estar en el cartel del Festival Internacional Castillo de Aínsa.”, concluye.