Mueven las manos con gran agilidad, entrelazan hilos con desparpajo y son capaces de elaborar desde puntillas para ligas, toallas o mantenles hasta los más modernos abanicos y sombreros. Así lo demostraron ayer las más de 450 encajeras de 48 localidades diferentes reunidas en el XIII Encuentro de Bolilleras organizado en Sariñena.

En concreto, la actividad, que tuvo lugar en la zona exterior del recinto ferial, atrajo a mujeres de toda la geografía aragonesa e, incluso, de Lérida. «Tengo 84 años y llevo alrededor de 22 haciendo bolillos. Aprendí cuando me jubilé y ahora es mi mayor afición», apuntó Lina Tolosa, bolillera de Barbastro. El encuentro, que resultó «todo un éxito», permitió fomentar la convivencia entre las participantes y, al mismo tiempo, «mostrar las labores realizadas, aprender nuevos puntos o intercambiar experiencias», tal y como explicó Marga Cabellud, integrante de la Asociación de Bolilleras de Sariñena.

De forma paralela, se desarrolló el VI Mercadillo de Todo Un Poco, que reunió a una docena de comercios monegrinos y que estuvo organizado por la Asociación Empresarial Intersectorial de Los Monegros. Así, los asistentes pudieron adquirir ropa, calzado, artesanía, elementos de decoración o bisutería. La zona de venta se completó con otros puestos vinculados al mundo del bolillo.