EN HUESCA

Los empresarios denuncian que el número de chabolas de la Magantina se ha duplicado

El Ayuntamiento ha iniciado el procedimiento de desahucio de las familias que se instalaron hace siete años.

Una de las chabolas levantadas en el polígono industrial de la Magantina.
Los empresarios denuncian que el número de chabolas de la Magantina se ha duplicado
RAFAEL GOBANTES

El proceso de desahucio se ha iniciado, pero las familias que viven en las chabolas del polígono de la Magantina, en Huesca, no solo no se han marchado sino que han aumentado. Desde el verano, las casetas se han multiplicado por dos y en estos momentos viven allí unas 30 personas. Los primeros llegaron hace unos siete años y hace dos que los empresarios de esta zona industrial reclamaron para ellos un techo digno. Los responsables municipales señalaron que su reubicación se iba a incluir en el programa de erradicación del chabolismo de la Iniciativa Urban.



La denuncia de los empresarios con negocios en los polígonos Sepes, Monzú y Magantina coincidió con la apertura al tráfico de la ronda de la Industria, junto a la que están las chabolas. La presencia de niños y animales en esta vía, por la que transitan miles vehículos, muchos de ellos pesados, es un riesgo continuo, indica Aída Liesa, presidenta de la Magantina.


 

Hace unas semanas que la Federación de Polígonos Industriales (FEPI) trasladó el problema a la alcaldesa, Ana Alós, quien les informó de que el proceso de desahucio de las chabolas está en marcha. El asentamiento, integrados por familias de etnia gitana en su mayoría, está en una propiedad privada, que es la que debe instar el inicio del desalojo. Finalmente, se ha localizado al dueño del solar, que reside en Zaragoza, para que este interponga la denuncia correspondiente.

 

Agua con manguera

El presidente de la FEPI, Ignacio Almudévar señaló que "curiosamente y de forma paralela a este proceso, en el que todavía no se ha desahuciado a nadie, el número de chabolas se ha duplicado en los últimos cuatro o cinco meses. Y si antes había dos, ahora hay cuatro o cinco". Las familias han ido llegando y construyendo sus casetas con materiales de desecho. El terreno está sin urbanizar por lo que carece de redes de abastecimiento y saneamiento. Consiguen el agua colocando una manguera en una boca de riego próxima y también se han procurado suministro eléctrico.

 

Los empresarios esperan que la situación se solucione con la mayor celeridad posible por "cuestión de salubridad y de estética", ya que, según indican, hasta ahora no han surgido problemas de convivencia entre las familias y las empresas. La chabolas se arraciman en una parcela que está en la confluencia de la carretera de Apiés con la calle Comercio.


Al otro lado de la avenida están las naves. La presencia de las chabolas llama la atención de aquellos que se acercan por primera vez hasta la zona industrial del norte de la ciudad. Entre las construcciones surgen los perros y también hay gallinas y algún gallo de pelea. La basura se acumula por los alrededores y la maleza crece alrededor de las construcciones, con el consiguiente peligro de incendio.

 

La imagen, según hace notar Ignacio Almudévar, contrasta con las mejoras que se están llevan a cabo en estos tres polígonos, que hace casi dos años quedaron unidos por la ronda de la Industria, una vía de doble carril que se construyó con dinero del Plan E de 2010 (costó 2,5 millones de euros).


La modernización de los polígonos ha experimentado recientemente otro avance con la implantación de un nuevo sistema de recogida de basura. Los contenedores tradicionales han desaparecido de las calles para ser sustituidos por otros que están equipados con llave y microchip de forma que cada empresa se preocupe de sus propios residuos. A ellos se sumarán en unos meses la puesta en marcha de un nuevo servicio de limpieza viaria.