RESCATES DE MONTAÑA

La Guardia Civil pide prudencia tras un fin de semana con 50 rescatados

Un grupo de 35 personas sin medios ni comida se perdió en Santa Orosia. La lluvia sorprendió a cinco barranquistas en Bierge el domingo.

En la foto, uno de los dos aparatos que trabajan este verano en la provincia durante una actuación.
La Guardia Civil pide prudencia tras un fin de semana con 50 rescatados
GUARDIA CIVIL

Un grupo de 35 personas sin equipamiento, ni comida ni nada se perdió la tarde del domingo cuando descendía de la ermita de Santa Orosia de Yebra de Basa. Les pilló la tormenta, como también sorprendió en medio del barranco de la Peonera (Bierge) a dos parejas y a un menor, que además estaban agotados por la actividad. Son parte de las 45 personas que desde el viernes han auxiliado los grupos de rescate de la Guardia Civil de Montaña del Alto Aragón, entre ellos un fallecido.


Es el periodo estival y sobre todo los meses de julio y agosto los de mayor actividad para estos equipo de elite que insisten en la prudencia antes de salir al monte. Preparar bien la actividad, consultar la meteorología, llevar móvil, comida y bebida, e ir preparados para los golpes de calor o los bruscos cambios de temperatura que se registran en el Pirineo son algunos de los consejos primordiales que marca el teniente Sergio Rodríguez, jefe de los equipos de montaña de la Benemérita.


Porque algunas veces son fruto de la casualidad los accidentes. «Desde que ha comenzado la temporada estival muchos son simples esguinces en un barranco. Ir acompañado de un guía minimiza los peligros, pero uno se puede torcer el tobillo en la montaña igual que en la ciudad», recalcó el teniente. Y aunque estos conforman la mayoría de los sucesos que se han registrado hasta ahora este verano, también los hay en los que la falta de preparación de la actividad o el no haber consultado la predicción meteorológica afecta. «Si no tienes pericia con la cuerda o para moverte en un barranco, una actividad que se realiza en una hora se puede traducir en cuatro, con el consiguiente agotamiento», puso como ejemplo Rodríguez.

Tormentas anunciadas

«Para el domingo las previsiones no eran buenas, había incluso alerta, pero la lluvia no apareció hasta la tarde», relató Rodríguez. Fue precisamente en esas últimas horas de la jornada dominical cuando se produjeron los dos sucesos con grupos grandes.

El primero, de 35 personas, fue auxiliado en las inmediaciones de la ermita de Santa Orosia, en Yebra de Basa. Se trata de un grupo de ucranianos pertenecientes a una iglesia de Madrid que visitaban la zona. Todo parece indicar que no sabían adónde iban, que era una actividad senderista y dos horas de andada porque no llevaban material, ni comida. En el descenso les pillaron las anunciadas tormentas y se extraviaron.

Tres agentes de montaña y una patrulla acudieron en su ayuda. A pie fueron guiados hasta el refugio que hay junto a la ermita y desde allí fueron evacuados en todoterrenos hasta Yebra de Basa, donde les esperaba su autobús para regresar a Madrid.


También por la tarde, sobre las 20.45, se recibió el aviso de que cuatro adultos de entre 28 y 46 años y un menor necesitaban ayuda en el barranco de La Peonera (Bierge). Estaban desorientados, agotados de la actividad y había tormenta.


Los agentes salieron con el helicóptero a pesar de la falta de luz, el cielo encapotado y la lluvia que complicaban las labores. Los localizó en una ladera alejada del barranco, que ya bajaba crecido por la tormenta. Gracias a la grúa -aunque necesitó realizar varios ciclos- fueron evacuados y trasladados hasta su vehículo.


Además de estos dos grupos grandes, el fin de semana los equipos de rescate han auxiliado a otros cuatro barranquistas que por esguinces, fractura de algún hueso o el golpe de alguna piedra tuvieron que ser trasladados al hospital San Jorge de Huesca.


El viernes fue la jornada más trágica con la muerte de un montañero madrileño en el balcón de Pineta (Bielsa), en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En un 80% de los rescates interviene el helicóptero.