La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos ha presentado alegaciones contra el proyecto de construcción del pantano de Almudévar (Huesca) para, entre otros objetivos, desvincularlo del proyecto de la presa de Biscarrués, ha informado la portavoz Lola Giménez.

La entidad ha elaborado un modelo de alegaciones, que recoge 20 de ellas, para presentar en la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

En el proyecto se vincula en varias ocasiones el embalse de Almudévar al pantano de Biscarrués. "No se justifica la necesidad del segundo para realizar el primero. Y, en cualquier caso, debieran tenerse en cuenta las restricciones de embalse que impone la DIA", la Declaración de Impacto Ambiental.

"Biscarrués no es necesario para que pueda llenarse Almudévar, ya que este nuevo pantano se situaría aguas abajo del Embalse de La Sotonera llenándose por el mismo Canal de Monegros. En todo caso, esta Coordinadora mantiene su total oposición al proyecto de Biscarrués", indican desde la coordinadora.

A esto añaden que el anteproyecto no presenta ningún dato sobre la superficie nueva de regadío y "se crea la necesidad antes que las posibilidades de atenderla".

La coordinadora critica que el anteproyecto recoge el "mantra" de la "urgente necesidad de agua" de Riegos del Alto Aragón y señala al respecto que no ha habido restricciones reales de agua en esta comunidad "ni con la sequía de 2005".

La memoria no presenta "ningún dato real" sobre la demanda real final de Riegos del Alto Aragón. Además, la generación de energía eléctrica no figuraba en los fines iniciales de este sistema de riegos.

Monegros II

En otra alegación, la coordinadora expresa que el anteproyecto cita importantes superficies a regar en la zona de Monegros II a partir de proyectos que datan de inicios del siglo XX, donde se planteaban dotaciones de 2.000 metros cúbicos por hectárea para apoyar los cereales extensivos.

La superficie señalada en un Decreto Ley de 1956 es "inalcanzable" por razones ecológicas, económicas y poblacionales en este primer tercio del siglo XXI. Además, si aumenta la dotación superficial debería ser a costa de reducir la superficie transformada.

El llenado de Almudévar supondrá la detracción de 100 hectómetros cúbicos más al río Gállego y otros tantos al río Cinca "con el evidente impacto ambiental" al Lugar de Interés Comunitario (LIC) del Bajo Gállego. No parece en el documento ningún análisis de este impacto, critican.

Asimismo, alegan que durante el invierno y parte de la primavera pasa actualmente alguna avenida ordinaria, imprescindible para el mantenimiento del ecosistema del Bajo Gállego.

La coordinadora considera "razonable" realizar balsas de cola en las zonas finales de las acequias para recoger los sobrantes. También señalan que "el sistema carece de flexibilidad y Almudévar no se lo va a dar".

Según la Coordinadora no se analizan balsas de menores dimensiones. No se contempla la posibilidad de bombear desde el Grado, el volumen por debajo de la cota de salida del Canal del Cinca (Al menos 50 hectómetros cúbicos y sin necesidad de construir un embalse). Se pueden aprovechar terrenos entre el Canal del Cinca y la acequia del Flumen para embalses por gravedad, opinan.

La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos considera que el estudio de impacto ambiental es un trabajo de recopilación bibliográfica, un ejercicio de "corta y pega", con un claro desconocimiento del territorio por parte de sus anónimos autores, cuya experiencia no se puede, por tanto, valorar. A modo de ejemplo, las variedades de trigo, que se citan, estaban de moda en 1970. Desde luego, no hay trabajo de campo en ninguno de los supuestos.

También critican que "no se ha realizado un estudio ornitológico digno. Se deja para el futuro la localización de comunidades de Limonium catalaunicum y Thymus loscosii. No hay estudio de mamíferos ni micromamíferos. No hay una prospección arqueológica, estando en zona de la Via Lata".

En otra alegación señalan que en el estudio de impacto ambiental no se incluye el impacto del trazado de la línea eléctrica de ET, de 12,5 kilómetros desde Huesca.

"Un estudio serio de impacto ambiental no puede admitir ideas exculpatorias como que el milano real se beneficiará de los peces muertos en la orilla del nuevo pantano", alegan desde la Coordinadora, que añade que "podrían añadir también la aparición del mejillón cebra como alimentación de las gaviotas".