URBANISMO

El plan de reconstrucción de Jánovas protege 79 edificios y prevé VPO de alquiler y pequeños hoteles

El parque de viviendas será como máximo de 160, ya que se permite subdividir las propiedades con unas limitaciones.

Fachadas traseras de Casa Antonia, Casa Pedro, Casa Viturián y Casa Dolores, en Jánovas. La CHE acaba de limpiar el pueblo y desbrozarlo para eliminar la maleza.
El plan de reconstrucción de Jánovas protege 79 edificios y prevé VPO de alquiler y pequeños hoteles
PABLO DE LA CAL

La reconstrucción de Jánovas, Lavelilla y Lacort está más cerca de ser una realidad. Los planes especiales de los tres núcleos expropiados por el pantano, ahora en proceso de reversión, ya están acabados y en unos días tendrán la aprobación inicial del Ayuntamiento de Fiscal. El objetivo que ha guiado al equipo redactor ha sido «recuperar estos 50 años de paréntesis para volver al punto en que se quedaron, eso sí, adaptándolos al siglo XXI», en palabras de José Luis Bartolomé, el abogado urbanística que ha coordinado el trabajo, donde se prima la reconstrucción, con un crecimiento muy limitado.


El Plan Especial de Rehabilitación del pueblo de Jánovas, redactado por el arquitecto Pablo de la Cal, cataloga 79 inmuebles, entre casas y edificios de servicios (cuadras, pajares, corrales) y 139 elementos (aleros de piedra, arcos, bóvedas y ventanas). El parque máximo de viviendas previstas es de unas 90 en el núcleo y unas 25 en los pajares, ya que algunos inmuebles de grandes dimensiones podrían dar cabida a varias viviendas mediante segregación de la parcela o en división horizontal de los mismos. Lacort y Lavelilla tienen sus propios planes, de los que se ha encargado Gerardo Molpeceres. Lacort, con 16 edificios, podría llegar hasta las 31 viviendas. El segundo, con 8, hasta las 16.


Y es que la mayoría de las parcelas tienen varios herederos, por lo que se ha querido facilitar que puedan afrontar la rehabilitación en conjunto y luego cada uno tener su propiedad. Eso sí, nada de minipisos ni bloques de apartamentos como en muchas urbanizaciones del Pirineo: la superficie útil mínima se ha fijado en 60 metros cuadrados, como indica el PGOU de Fiscal. No obstante, los arquitectos creen que es muy difícil que se llegue a desarrollar todo el parque de viviendas, como en cualquier plan. En este caso, además, algunos propietarios no querrán segregar su casa.


Básicamente, los núcleos se reconstruirán sobre las casas censadas en los 50, con un crecimiento que casi se reduce a la construcción de algunas viviendas de protección oficial y pequeños negocios turísticos. Estas nuevas construcciones, junto con los equipamientos y los viales, se harán en terrenos privados mediante un sistema de compensación a cambio de edificabilidad. Jánovas, por ejemplo, pasará de tener una plaza a tres: la plaza Mayor, la de las Escuelas y la del Nogal.

 

Pueblos «vivos y con actividad»

Uno de los aspectos más destacados es precisamente la reserva de suelo para VPO de alquiler, que deberán promover la DGA y el Ayuntamiento. El objetivo es fomentar la presencia de residentes permanentes y evitar que se conviertan exclusivamente en pueblos de segunda residencia de los antiguos propietarios. «Queremos darles vida y que haya actividades productivas», afirma Gerardo Molpeceres, que recuerda que «el proceso de reconstrucción de las casas y las obras en los accesos y la dotación de servicios generarán empleo». En Jánovas habrá 6 VPO, 4 en Lacort y 2 en Lavelilla.


Además de los residenciales, habrá usos terciarios: dos pequeños hoteles rurales -uno en el núcleo de Jánovas y otro en la antigua abadía, junto a la iglesia de San Miguel- un cámpin y un hotel rural en la abadía de Lavelilla. Y junto al Ara, una zona para el aprovechamiento recreativo del río, un proyecto que deberá ejecutarse con cargo al Plan de Desarrollo Sostenible, actualmente en redacción y que deben financiar las administraciones.


En cuando a equipamientos culturales, se ha pensando en un museo con tres sedes. En la torre de Lavelilla estará el centro Lucién Briet -en ella se alojó el célebre fotógrafo francés-, para contar cómo era la vida en el valle antes de los años 50. El molino de Lacort albergará una muestra sobre el proceso de expropiación. Y la iglesia de Jánovas se reserva para hablar del modelo de rehabilitación. También se quiere reconstruir el sistema hidráulico de Lacort, con una noria, un lavadero, un molino y un batán, entre otros elementos.

 

¿Qué hacer con los coches?

Otra actividad para dar vida a los pueblos y facilitar la rehabilitación es la creación de una escuela taller de oficios tradicionales donde, por ejemplo, se enseñe el trabajo con losas de pizarra, el material exigido para los tejados.


Hace 50 años apenas había coches pero ahora ha habido que pensar dónde dejarlos. En Jánovas, de calles muy estrechas, no habrá garajes sino un parquin para residentes y visitantes. «Los antiguos propietarios vieron claro que era mejor sacrificarse, aunque no tuvieran el coche en la puerta, y conservar los antiguos muros», explica De la Cal. Por el contrario, en Lavelilla y Lacort, con casas más dispersas, sí habrá garajes y un parquin de 10 plazas.


Los arquitectos son conscientes de que los planes se tienen que implementar. De la acción pública depende el equipamiento y la urbanización de las calles (solo en Lacort costará 1,5 millones, con cargo al Plan de Desarrollo), pero el grueso de la actuación está en manos privadas. Los futuros propietarios marcarán los plazos, y aunque tienen ganas, afirman los autores de los planes, la situación económica «es la que es».