INVESTIGACIÓN

Vuelve a funcionar el laboratorio de Canfranc

Las instalaciones subterráneas, cerradas hace tres años por un hundimiento, funcionarán de nuevo en septiembre tras ser reforzadas.

Las autoridades, durante su visita ayer a las instalaciones del laboratorio subterráneo.
Vuelve a funcionar el laboratorio de Canfranc
LAURA ZAMBORAíN

El laboratorio subterráneo de Canfranc retomará su actividad científica en septiembre, después de tres años cerrado por un desprendimiento en la galería principal. Lo hará con siete experimentos de carácter internacional, que se centrarán principalmente en el estudio de la física de neutrinos y la búsqueda de la materia oscura del universo.

El rector de la Universidad de Zaragoza, Manuel López, acompañado por la consejera de Ciencia, Tecnología y Universidad, Pilar Ventura, visitó ayer estas instalaciones, donde se firmó la cesión de la instalación científico-tecnológica singular (ICTS) por parte de la Universidad al consorcio encargado de su equipamiento y gestión hasta el año 2015, en el que participan el Ministerio de Ciencia e Innovación -que proporciona la mayor aportación-, el Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad, y la Universidad de Zaragoza.

Ventura destacó que se trata de una instalación "de relevancia internacional y única en España" y recordó que "es una de las cuatro instalaciones subterráneas europeas que forma parte del proyecto Ilias". Tras el "lamentable suceso que motivó su cierre", se ha mejorado la seguridad. Los trabajos de remodelación han permitido introducir dispositivos de monitorización, capaces de detectar cualquier tipo de vibración en los laboratorios y galerías. No obstante, parte de la investigación del laboratorio subterráneo ha continuado durante las obras, gracias al antiguo laboratorio, que ha seguido operativo.

Por su parte, el rector se mostró "muy satisfecho de que después del incidente, el laboratorio esté preparado para albergar nuevos experimentos sobre el estudio del universo". Y el director del laboratorio subterráneo, Alessandro Bettini, apuntó que además "puede servir para hacer experimentos de tipo geológico o biológico, estudiando la vida a grandes profundidades".

El laboratorio se ubica entre el túnel ferroviario de Canfranc y el túnel carretero de Somport. Está excavado en la roca, a 850 metros de profundidad, bajo el macizo del Tobazo, que filtra la radiación cósmica creando el 'silencio cósmico', necesario para la investigación de sucesos naturales.

Fue inaugurado en marzo del 2006 y un año después un desprendimiento en la galería principal obligó a cerrarlo y a reforzar su estructura. Al mismo tiempo, se aprovechó para introducir diversas modificaciones que mejorasen las instalaciones.

Además se está construyendo en Canfranc un edificio que servirá como sede administrativa del consorcio. Tendrá 2.000 metros cuadrados y contará con despachos para investigadores y técnicos, así como una sala para congresos y reuniones y una sala de exhibición permanente de actividades del laboratorio. El inmueble, en el que está previsto invertir alrededor de dos millones de euros, es propiedad del consorcio.