INFRAESTRUCTURAS

El aeropuerto de Huesca sigue abierto con 17 empleados para 9 pasajeros al mes

El consejero de Obras Públicas de la DGA quiere buscar la fórmula para lograr que sea «útil y rentable».

Aspecto que presenta actualmente el aparcamiento del aeropuerto Huesca-Pirineos, casi sin uso.
El aeropuerto de Huesca sigue abierto con 17 empleados para 9 pasajeros al mes
J. BLASCO

Solo han pasado 18 pasajeros en dos últimos meses por el aeropuerto Huesca-Pirineos, que sigue abierto sin vuelos comerciales pero con una plantilla de 17 empleados fijos sin contar los de las subcontratas que suman hasta 25. Las cuentas no salen. Si no cuadraron el año pasado que se cerró con unas pérdidas de 4,2 millones de euros para transportar a 5.906 pasajeros, este año con una caída acumulada hasta junio de un 53% se presume mucho peor. Pero las cifras son casi lo de menos en una infraestructura para la que no hay planes de futuro.


El consejero de Urbanismo, Vivienda y Transportes del Gobierno de Aragón, Rafael Fernández de Alarcón, ha asegurado que en los próximos días analizará la situación para «buscar los medios» y conseguir que el aeropuerto oscense sea una infraestructura «útil y rentable». Según fuentes del recién constituido Gobierno de Aragón, es uno de los asuntos por resolver en los que se pondrá «especial interés».


El nuevo ejecutivo se encuentra con un aeropuerto que, si bien lo gestiona AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) y es propiedad del Ministerio de Fomento, hay que impulsar desde cero. Solo Aramón ha mantenido su vuelo para traer esquiadores desde Londres a sus pistas.


La aerolínea altoaragonesa que operaba en invierno con el mismo fin, Pyrenair, interrumpió la campaña en febrero y dejó en tierra a unos 1.800 esquiadores que habían adquirido su billete en los vuelos programados hasta mitad de marzo. Este descalabro se sumó al cierre en enero de las instalaciones de Top Fly, la escuela de pilotos que instruía a alumnos chinos. El curso comenzó en octubre con unos 40 frente a los casi 140 que han llegado a formar en una promoción. Esto, añadido a los problemas de la empresa, acabó por decretar el cierre.


El Gobierno de Aragón respondió a esta situación con una reunión organizada por la ex consejera de Presidencia y candidata socialista, Eva Almunia, que se celebró el 21 de febrero con la participación de Fomento, Aena, Ayuntamiento de Huesca y agentes sociales. Allí se anunció la creación de un comité de rutas con AENA para el impulso de los tres aeropuertos así como la creación de la promotora 'TuHuesca', a partir de la conversión de la sociedad de promoción Prodesa. Nada de eso se ha cumplido. Llegaron las elecciones, el cambio de gobierno y cinco meses después el aeropuerto sigue sin actividad y sin plan de futuro.


Tampoco se llegó a aplicar nunca el plan director, elaborado por el gobierno del PP durante la construcción del aeródromo, que preveía la puesta en marcha de rutas regulares con Madrid y Barcelona con 35.000 viajeros el primer año -que se fijó en 2003 aunque finalmente se estrenó el 10 de mayo de 2007-. En seis años, habría seis rutas que alcanzarían los 185.000 viajeros para 2017. Para el presidente de Pyrenair, Hugo Puigdefábregas, de este plan puede seguir vigente la concepción del aeropuerto como «receptor de turismo y no como emisor».


Así es como ha funcionado hasta ahora. En lo que llevamos de año, han pasado solo 2.749 pasajeros por el aeropuerto, con un descenso del 53% con respecto a 2010, que ya no se recuperará porque en el caso de que los vuelos de esquiadores se retomen será ya en 2012. Pero no solo eso. Los exiguos ingresos de 0,66 millones de euros anuales por tasas comerciales (0,08) y servicios aeroportuarios (0,58) también se mermarán porque las operaciones han caído con el cierre de Top Fly. A finales de junio se habían contabilizado 3.033, un 72,3% menos que en el mismo periodo de 2010. Ahora solo aterriza el helicóptero de la Guardia Civil, alguna avioneta privada y los aficionados al vuelo a vela que se ven obligados a usar una pista comercial «incompatible» con su actividad, según admitió la propia Agencia de Seguridad Estatal (AESA).