Las quejas -justificadas- por el arbitraje del extremeño Gil Manzano en el partido del sábado ante el Barcelona B encuentran eco en el recurso que se ha preparado y que se envía esta mañana al Comité de Competición. Por encima de lamentos, declaraciones y puñetazos al aire, lo que queda en las manos del club azulgrana es actuar a través de este cauce. Así, adjuntará con el texto un vídeo con las imágenes del partido que ofreció Aragón TV. Revisadas estas, solo se puede rascar en dos frentes: la primera cartulina amarilla que vio Molinero y la amonestación a Sorribas. Con esta doble demanda se dirigirá el Huesca a Competición, que se reunirá mañana y hará públicos sus dictámenes unas horas después.

La calidad de estas pruebas no es la mejor. Contrarrestar las opiniones vertidas por el colegiado en el acta, aun cuando se considere que la verdad está del lado del club, depende en buena medida de lo que aporte la pantalla. A ello se puso ayer el consejero, delegado del Huesca y ex árbitro Antonio Villacampa, que vio algunas de las jugadas polémicas «más de cincuenta veces» para seleccionar cuales eran aptas para entrar en el recurso y cuales se quedarían fuera, a merced del criterio inamovible ya de Gil Manzano.

El capítulo de las amonestaciones es el único que se puede revocar. Interesaba estudiar los casos de las dos amarillas a Molinero, que forzaron su expulsión y le sitúan como baja momentánea para el partido del próximo sábado ante el Numancia. Según el árbitro, la primera amonestación se produjo por «interponerse en el camino de un jugador adversario, sin ánimo de jugar el balón». Un criterio «de fantasía» para Antonio Villacampa. «La redacción del acta nos creará problemas, pues es muy etérea. Él no corre a obstaculizar a nadie, y es el jugador del Barcelona quien entra en su trayectoria. Creo que no llegan ni a tocarse».

Menos clara se veía la segunda, que no se reclamará. El acta dice que disputa un balón con los pies en forma de plancha, «y es criterio del colegiado decidir si merece cartulina o no. Es con un pie por delante en forma de plancha y se ve perfectamente». Sobre Sorribas, «se ve que juega la pelota, está claro que no es tarjeta, aunque la imagen no es todo lo nítida que se podría esperar», analizaba Villacampa. En el acta figuraba que el capitán fue amonestado por «derribar a un contrario en la disputa del balón».

Asimismo, se reflejó el lanzamiento a donde se encontraba un linier de «unas seis botellas de 50 cl sin tapón y con líquido no impactando ninguna de ellas». Se espera una multa económica que incluso podría superar los 3.000 euros si pasa por las manos de la Comisión Antiviolencia.