Cuatro personas, dos vecinos de Madrid y dos de la provincia de Huesca, han sido detenidas como supuestas autoras de un delito continuado contra la fauna, por caza furtiva. El pasado mes de noviembre, el Seprona de Jaca tuvo conocimiento de que se había realizado una batida ilegal en un espacio natural del Pirineo aragonés en la que se habían abatido cuatro sarrios.

Se inició así una investigación que posibilitó identificar a un vecino de Madrid, que era acompañado por otro de Sabiñánigo  que ejercía de guía y al cual le constan varios antecedentes por caza furtiva.

Fuentes de la Subdelegación de Gobierno en Huesca han informado de que por estos hechos se instruyeron las oportunas diligencias por un supuesto delito contra la fauna que fueron entregadas en el Juzgado de Instrucción número 1 de Jaca dando inicio a la operación 'Rupicabra'.

Tras varios meses de investigaciones y recopilación de información se ha podido determinar que se trataba de una red organizada dedicada a la gestión de cacerías furtivas en distintos puntos del territorio nacional y de ejemplares de diversas especies, cobrando por cada una de las piezas una cantidad previamente pactada, de entre 2.500 y 3.000 euros.

Los pasados días 13 y 14 de abril se desarrolló la Operación Rupicabra en la que intervinieron la Sección de Seprona de la Guardia Civil de Huesca, el Equipo de Seprona de la Guardia Civil Jaca y apoyo logístico del UCOMA del Jefatura del Seprona de la Guardia Civil en Madrid.

La operación se saldó con la detención de F.Z.H, de 47 años y J.B.T.C., de 48 años, ambos residentes en la provincia de Madrid, y de G.P.I., de 37 años y O.P.F. de 39 años, vecinos de la provincia de Huesca, como presuntos autores de un delito continuado contra la fauna.

Tras la instrucción de las diligencias y su presentación en el Juzgado de Instrucción número 1 de Jaca, los detenidos fueron puestos en libertad con cargos.