HUESCA

Alarma en Santa Cilia por los ataques de buitres

Una bandada se comió una yegua viva y su cría antes de que acabara de parir, así como otro potro joven.

El ganadero Víctor Betés muestra los restos de sus animales tras el ataque de los buitres.
Alarma en Santa Cilia por los ataques de buitres
LAURA ZAMBORAíN

Una explotación de caballos de Santa Cilia sufrió la mañana del viernes un ataque de buitres, después de que hace tan solo siete días una vecina de la misma población jacetana se viera acorralada por estas aves carroñeras cuando paseaba por la carretera que da acceso a Alastuey. En esta ocasión unos trescientos buitres devoraron en pocos minutos a una yegua que estaba pariendo, su potro recién nacido y otro joven que se encontraba con estos animales. Por ello, el ganadero muestra su indignación y lanza la voz de alarma antes de que haya más ataques.


«Me siento cabreado y decepcionado», explica Víctor Betés, el propietario de la finca, que además muestra su impotencia absoluta porque cree que no puede hacer «nada». El ataque se produjo de madrugada, cuando una yegua se puso de parto. Víctor llegó a la explotación sobre las 8.00 «y ya no quedaba nada de los animales». En los últimos meses, «todas las mañanas cuando llego a la explotación a atender a los caballos me encuentro aquí más de un centenar de buitres, por el campo y encima de los tejados, que me los destrozan, pero hasta la fecha nunca había sufrido un ataque», reconoció.


El viernes, cuando vio lo ocurrido, llamó a la Guardia Civil para poner la correspondiente denuncia, «que no llegará a ninguna parte, porque nadie se hace cargo de esto», indica. Pero no se va a quedar de brazos cruzados. Tiene intención de denunciar al departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón y poner todas las quejas que sean necesarias. Igualmente va a solicitar la supresión del muladar que se encuentra en la zona de Santa Cilia y al que suelen acudir los buitres a comer. Pero si no tienen comida «la buscan en otros sitios», opina. A su juicio, los buitres tienen hambre «porque no les echan de comer y algún día no muy lejano van a comerse a una persona». «Yo solo quiero prevenir para que no se produzcan ataques a los humanos», explicó al tiempo que recordó que la vecina de su pueblo temió por su vida la semana pasada cuando la acorralaron más de un centenar de buitres mientras paseaba.


Según explicó el alcalde de Santa Cilia, Manuel Máñez, todos los martes «se les echa de comer entre 1.500 y 2.000 kilos de comida». Pero sin embargo, hay personas de la zona que lo dudan. «Están muy hambrientos y esto no es normal, es un problema muy gordo y aunque fuera cierto que echan comida todas las semanas, es insuficiente, porque hay una colonia de más de 500 buitres», estima Betés. Víctor tiene en su explotación 58 caballos, que han de permanecer encerrados en una nave para evitar nuevos ataques, ya que todavía hay yeguas que están a punto de parir. «Ahora los animales deberían estar comiendo hierba que es necesaria para ellos, pero no me puedo fiar de dejarlos fuera», subrayó.


Esto supone el tener que darles comida en el interior «que cuesta dinero y que nos podríamos ahorrar ahora en primavera», apuntó. De la misma manera, la pérdida de la yegua y los dos potros, supone un coste que no va a recuperar, porque no hay indemnizaciones para estos casos, comento. «La yegua, de ocho años, valía unos 15.000 euros, a lo que hay que sumar todo el tiempo y trabajo invertido en la doma, y esto no me lo va a pagar nadie», explicó. Por eso y para prevenir de más ataques «no me voy a callar, porque estos animales, se están convirtiendo en depredadores», concluyó.