La larga lista de espera que acumula la prueba de resonancia magnética en el Obispo Polanco de Teruel empezará a descender esta misma semana, tras la decisión del hospital de utilizar los recursos de dos centros sanitarios privados de la ciudad que tienen en su cartera de servicios esta prestación.

El tiempo que tienen que esperar ahora los enfermos para someterse a una resonancia magnética en el Obispo Polanco se sitúa, por término medio, en casi un año y, en estos momentos, alrededor de 800 personas aguardan su turno. No obstante, aquellos casos que revisten carácter de urgencia se atienden con mayor celeridad.

Según informó ayer el Gobierno aragonés, el Sector Sanitario de Teruel ha establecido un convenio con la Policlínica Galileo para derivar allí a los pacientes que deben hacerse resonancias que, por sus características, no pueden abordarse con el aparato del Obispo Polanco. Hasta ahora estos enfermos tenían que desplazarse a Zaragoza. Inicialmente, la Galileo realizará entre 10 y 15 resonancias semanales.

Por otro lado, otro centro privado efectuará resonancias con su unidad móvil a pacientes en lista de espera. Desde el Departamento de Salud indicaron que el objetivo de la medida es eliminar dicha lista y mejorar las esperas en lo que queda de año, algo que repercutirá positivamente en otras pruebas del Servicio de Radiología.

La resonancia magnética es un tipo de examen por imagen que permite detectar enfermedades sin necesidad de utilizar rayos X. Es muy utilizada para diagnosticar patologías óseas, pero también se usa en tejidos blandos.

Faltan radiólogos

Entre las causas del aumento de la lista de espera en resonancia se encuentra la escasez de radiólogos. La plantilla para esta especialidad en el hospital turolense está fijada en diez personas, pero una plaza está vacante desde hace tiempo mientras que otros dos médicos trabajan cada uno media jornada, con lo que, en la práctica, solo hay ocho turnos de actividad.

Aunque el Servicio de Radiología citase a un mayor número de pacientes por día, el atasco seguiría existiendo, pues los mismos profesionales que atienden a los usuarios son quienes deben estudiar las imágenes y elaborar el correspondiente informe de diagnóstico.

La demora en resonancia en el Obispo Polanco ha estado situada durante mucho tiempo en 10 meses y ahora ronda el año, según diversas fuentes.

Otras pruebas de diagnóstico por imagen arrastran igualmente retraso en este centro sanitario de referencia para la población de la mitad sur de la provincia –unas 90.000 personas–. Es el caso del escáner o TAC (Tomografía Axial Computerizada), con demoras de 8 meses para aquellos casos no considerados urgentes, y de las ecografías, cuyo tiempo de espera el pasado mes de abril era, por término medio, de seis meses.

La falta de médicos especialistas es un problema endémico en la provincia de Teruel. El menor tamaño de los hospitales y la ausencia de unas buenas comunicaciones por tren –la capital no tiene ferrocarril a Madrid y la línea a Zaragoza y Valencia es deficiente–, hacen que los profesionales prefieran otros destinos.Sesenta enfermos semanales

Desde la Policlínica Galileo informaron que el acuerdo con el Obispo Polanco, que persigue agilizar las listas de espera, durará hasta finales de año. El gerente, Miguel Ángel Martín, destacó que la clínica posee la última tecnología en resonancias, por lo que el convenio evitará que algunos pacientes cuyos casos sean más complejos tengan que desplazarse a hospitales de Zaragoza –a 170 kilómetros–. A su juicio, esta circunstancia redundará en una mayor comodidad para el enfermo y en más ahorro para el hospital, que no tendrá que afrontar tantos gastos por viajes. "Nuestra filosofía es intentar dar servicios con equipos que refuercen la sanidad pública", subrayó Martín. Recordó, además, que su clínica ya realizó para el Obispo Polanco 600 ecografías a lo largo de 2015.