Los atractivos del turismo gastronómico de las Bardenas

Un grupo formado por cocineros, productores agroalimentarios y expertos en gastronomía de Aragón y Navarra se reunieron recientemente en la Hospedería de Sádaba para sentar las bases de la futura Asociación Arca de Las Bardenas, que pretende unir esfuerzos para potenciar el turismo en la zona vinculado a los productos locales y de proximidad, siguiendo la filosofía Slow Food.

Esta corriente se creó en el año 2006 con la participación de más de 1.000 cocineros de todo el mundo con el objetivo de "emplear materias primas locales y de buena calidad, producidas en la zona respondiendo a las técnicas y saberes tradicionales", explicó Joan Rosell, cocinero de la Hospedería de Sádaba, lugar elegido para la celebración de esta convocatoria por ser este profesional el único en la comarca en pertenecer a la Asociación de Cocineros Europeos.

Por el momento, se han sentado las bases de la zona que abarcará este proyecto, el anillo que rodea las Bardenas Reales, haciéndose extensivo a otras zonas limítrofes y, en el caso de las Cinco Villas, llegando incluso a su parte más prepirenaica, conocida como Altas Cinco Villas.

En la reunión se buscaron "sinergias y elementos comunes que podamos utilizar para impulsar el turismo", explicó Jorge Hernández, presidente de Slow Food Zaragoza, que asistió a la cita, junto al presidente de la Comarca de las Cinco Villas, Santos Navarro, y otros representantes del movimiento Slow Food de Zaragoza y Navarra, Delia Maza e Ignacio de Álava, respectivamente, así como los cocineros Santi Cordón y Aitor Lorente, propietarios de establecimientos hoteleros, como Susi Cortés y Consuelo Urmeneta, y productores, como Antonio Ruiz, así como representantes de Adefo Cinco Villas, como Rosa Rived, que coordina el proyecto ‘Pon Aragón en tu mesa’, entre otros.

A atractivos monumentales, como Los Bañales, que el año pasado recibió más de 4.000 visitas, y paisajísticos, se pueden unir los relacionados con la gastronomía basada en productos de proximidad. Estudios turísticos apuntan a que una ruta gastronómica bien estructurada "estimula el desarrollo local sostenible de las zonas en las que se desarrolla, atrayendo hacia ellas un turismo de calidad", precisó Santos Navarro.

Comida de Joan Rosell

Los asistentes constataron que sería importante una alianza entre estos territorios navarro y aragonés para promocionar el turismo de ambas zonas y permitir el trasvase de turistas de una a otra, ya que, a pesar de estar muy cerca, en estos momentos no se produce.

Ello también "permitirá el intercambio de productos en los menús de ambas regiones, para darlos a conocer", matizó Joan Rosell, quien preparó una comida con productos locales, como patatas de Ejea, cerdo de Huesca, alcachofas navarras y calabaza de Sádaba. Todo regado con vinos aragoneses y navarros, haciendo un guiño a las dos zonas representadas.

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