Tres recetas de otoño para sobrevivir al cambio de estación
El síndrome postvacacional, la bajada de las temperaturas y los días más cortos pueden hacer que la vuelta al trabajo sea muy difícil. Por eso, hacerle frente con una buena dieta puede ayudar a que el tránsito de estación sea más llevadero.
La llegada del otoño trae consigo numerosos productos de temporada de los que merece la pena disfrutar con tiempo y ganas. Alimentos variados y accesibles que, además, tienen un aporte energético esencial para superar el cambio de temperatura y la vuelta a la rutina. Calabacín, espinacas, setas o espárragos trigueros son algunos de los más frecuentes, todos ellos muy versátiles en la cocina, pues son muchas las recetas que pueden elaborarse con estas delicias del otoño.
Tres recetas otoñales para comenzar con buen pie
Receta de lasaña de berenjenas asadas, frutos del mar y caracoles. Además de ser deliciosa y versátil en la cocina, la berenjena es una hortaliza rica en agua y fibras para depurar el organismo que, además, ayuda a regular el azúcar y el colesterol malo. Un gran aliado otoñal al que se le puede dar mil formas en la cocina, ya sea como protagonista de una parrillada, como guarnición junto a una buena carne o en forma de lasaña.
Receta de salteado de setas con fondo de carne y foie. No cabe duda de que el otoño es la temporada de estas delicias tan ligadas a la tierra, y qué mejor forma de disfrutarlas que acompañadas de un buen fondo de carne y foie para darle un sabor intenso. Un plato delicioso y perfecto para ofrecer cuando se tiene invitados que, además, aportará a los comensales proteínas, sales minerales y oligoelementos.
Receta de tarta de manzana con hojaldre y crema pastelera. Como todas las frutas, la manzana también tiene su temporada ideal y es el otoño (aunque durante todo el año pueden encontrarse deliciosos ejemplares). Esta fruta se caracteriza por ser muy rica en fibra y en antioxidantes, dos sustancias esenciales para el correcto funcionamiento del organismo que ayudarán a tener más vitalidad y a que nuestro cuerpo esté menos susceptible ante los cambios de temperatura o los días más cortos. Además, puede cocinarse de mil formas: en ensalada con queso fresco, rellena de cuajada como postre o en forma de tarta de manzana para los más golosos.
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