La zanahoria es una hortaliza muy saludable y desde el punto de vista nutricional, un alimento muy completo, ya que contiene hidratos de carbono, proteína vegetal, grasa y solo 34 calorías por cada 100 gramos.

Se trata de una fuente saludable de vitaminas, fibra, minerales y poderosos antioxidantes que benefician la salud, cuya inclusión en la dieta es muy buena para el organismo.

Entre las razones para incluir habitualmente la zanahoria en nuestra dieta alimentaria, los expertos repasan los 10 beneficios principales. Protege el corazón. El consumo continuo de este vegetal reduce hasta un 32% el riesgo de padecer enfermedades coronarias. Esto se debe a que sus antioxidantes y vitaminas facilitan la limpieza de las arterias para evitar la acumulación de placas de grasa. Fortalece los huesos. La zanahoria contiene calcio, magnesio y vitamina C, tres nutrientes clave para mantener la buena densidad ósea. Su ingesta favorece la construcción y mantenimiento tanto de los huesos como de los dientes para evitar las fracturas y la pérdida de colágeno. Mejora la visión. Una de las propiedades que más se distinguen de esta verdura es su capacidad para proteger la vista de los daños causados por la deficiencia de vitamina A. Sus beta-carotenos, unos poderosos antioxidantes, se transforman en vitamina A en el cuerpo y protegen la salud ocular. Gracias a esto, la zanahoria previene las cataratas, la degeneración macular y otros trastornos visuales que desmejoran la calidad de vida. Cuida la salud hepática. Las vitaminas y minerales que contiene esta hortaliza son buenos aliados para la limpieza de la sangre y del hígado. Sus componentes participan en el metabolismo de las grasas y la producción de la bilis. Con esto, su consumo estimula la eliminación de toxinas y favorece el tratamiento de la hepatitis y la cirrosis. Controla el colesterol. Retomando sus beneficios para la salud del sistema cardiovascular, es importante hacer una mención especial a la capacidad que tiene para reducir el exceso de colesterol malo presente en la sangre. Su alto contenido de fibras solubles, en especial la pectina, impide que este se quede pegado en las arterias e impulsa su eliminación. Con esto no solo mejora la circulación, sino que se reduce el riesgo de coagulación y presión arterial alta. Vigoriza el cerebro. Por su alto aporte de potasio y fósforo, la zanahoria es una regeneradora natural de los nervios y las mentes cansadas. Incluyéndola de forma habitual en la dieta se reduce el riesgo de disfunciones cognitivas como la pérdida de la memoria y la percepción. Un elevado consumo en la edad adulta también previene el deterioro que se produce por la vejez. Fortalece el cabello y las uñas. Este vegetal es uno de los más recomendados para combatir la debilidad del cabello y las uñas, ya que su beta-caroteno ayuda a fortalecerlos. Por si fuera poco, contiene minerales y vitaminas esenciales que reducen las deficiencias que provocan estos problemas. Previene el envejecimiento prematuro. La vitamina A que se sintetiza en el cuerpo por ingerir zanahoria tiene una poderosa acción antioxidante que inhibe el daño celular y los demás efectos negativos de los radicales libres. Con su ingesta diaria se disminuye el riesgo de flacidez, arrugas y otras señales del envejecimiento prematuro. Combate el estreñimiento. El jugo natural de zanahoria es un laxante suave contra el estreñimiento gracias a su significativo aporte de fibra. Su ventaja es que no ocasiona efectos secundarios y representa una forma segura de disminuir las molestias digestivas. Tiene acción diurética. Este vegetal contiene una cantidad importante de agua que le confiere un efecto diurético muy bueno para el organismo. Con esto se disminuye la inflamación y el exceso de líquidos que se quedan retenidos en los tejidos. Muchos expertos aconsejan ingerirla cruda a través de aperitivos, ensaladas o batidos. No obstante, también puedes disfrutar su sabor dulce en todas las recetas que se te ocurran.- Ir al suplemento de gastronomía