El Organillo, con la música como inspiración

Una buena selección de quesos, tostadas y el organillo, la tapa de referencia, son sus señas de identidad.

Luis Casali dirige El Organillo, en la calle de Bruno Solano.
Luis Casali dirige El Organillo, en la calle de Bruno Solano.
V. Castellano

El recuerdo de la fábrica de organillos, pianolas y pianos Casali se refleja en unos cuantos detalles de la taberna El organillo cuyo destino dirige Luis Casali, biznieto de su fundador. La factoría, ubicada en Barcelona, cerró durante la Guerra Civil española después de vivir años de esplendor en el primer cuarto del siglo XX.


Las siguientes generaciones de esta familia se trasladaron a Zaragoza, donde el propietario de este bar ha trabajado casi toda su vida vinculado a la hostelería. En el establecimiento hay fotos, carteles y placas que evocan ese pasado musical, pero, sobre todo, hay una tapa que es por la que más se le conoce: la bautizada como el organillo.


No tiene mucho de original porque se trata de una versión del clásico guardia civil (arenque, tomate, pepinillo y pimiento rojo acomodados en pan recién horneado), pero seguramente es la que mejor funciona.

Junto a ella, media docena de quesos bien seleccionados se erigen como principales argumentos gastronómicos: de oveja curado de Tarancón, de cabra suave, de romero, Cabrales, Gouda o Camembert para untar.


Estos quesos, que se ofrecen en tablas y se pueden compartir con embutidos ibéricos y jamón de Teruel, también forman parte de los ingredientes principales de las tostadas que hay en la carta (3,50 euros). Entre estas, dos son especialmente recomendables: la de bacalao marinado, tomate, sal maldon, aceite de oliva virgen extra y paté de aceitunas negras, y la de queso holandés, vino blanco y especias. Los ingredientes del organillo también se incluyen en una de ellas.


De lo reseñado hasta el momento se puede intuir que este bar no tiene cocina y que es el grill la única herramienta empleada para la elaboración de las tostadas. El picoteo de la casa se completa con alguna ensalada, ensaladilla rusa y pastel de salmón, además de unos desayunos muy completos.


Picoteo rápido

El local no es muy grande. Apenas cuenta con tres mesas altas y otro par de ellas dentro y en la terraza exterior, así que el lugar está pensado para un picoteo rápido. Eso sí, en un entorno muy agradable. Es a lo que invita su ubicación en la calle Bruno Solano, donde recientemente media docena de establecimientos han terminado por crear una interesante zona de tapeo. En ella, el organillo y los quesos tienen nombre y apellido: Luis Casali.


El Organillo Calle de Bruno Solano, 2. Zaragoza. Horario: de 9.00 a 15.00 y 19.00 a 24.00. Descanso: abierto todos los días.-Ver otros restaurantes recomendados.

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