La guinda del pastel a una vida entre fogones

Montserrat Fontane recibe este jueves en Compostela el Premio Nacional de Gastronomía Tradicional 'Lola Torres'.

Montserrat Fontane abrió hace 47 años, en Gerona, el restaurante Can Roca.
El Celler de Can Roca, mejor restaurante del mundo

La pasión por la cocina y la búsqueda de un oficio con el que mantener a sus tres hijos hizo que la cocinera Montserrat Fontanet, que este jueves recibe en Compostela el Premio Nacional de Gastronomía Tradicional 'Lola Torres', abriera hace 47 años, en Gerona, el restaurante Can Roca.


Las ganas, el cariño y el sacrificio le han valido a esta restauradora catalana para hacerse con este galardón que otorga la Fundación Amigos de Galicia; además de recibir la distinción de Huésped Ilustre que le ha entregado el Ayuntamiento de O Grove (Pontevedra).


La distinguida cocinera ha confesado la "gran sorpresa" y el "privilegio" que para ella supone este premio, un reconocimiento que no se "imaginaba" porque son sus hijos "quienes tiene el nombre" y non ella.


Fontanet es madre de Joan, Josep y Jordi Roca, los propietarios de 'El Celler de Can Roca', considerado el mejor restaurante del mundo.


"No hay palabras" para expresar lo que significa un título como el de mejor restaurante del mundo, un reconocimiento que toda su familia ha disfrutado enormemente durante este último año y ante el que se muestran muy agradecidos, ha explicado Fontanet.


A sus 77 años sigue trabajando de forma activa en su restaurante de "cocina tradicional catalana de toda la vida" porque, asegura que "difícilmente podría dejarlo" y además le gusta estar.


La cocinera catalana, que ya ha visitado Galicia en tres ocasiones, ha remarcado su admiración por la gastronomía gallega, y ha destacado la calidad de "los mariscos, las patatas y el pan".


Aunque, en resumidas cuentas, para ella "todo es bueno en Galicia".


Fontanet ha animado a quienes "tengan ganas de ser cocineros y les guste" a que luchen por una profesión que califica como "muy sacrificada".


A su entender, la clave del éxito está en "cocinar bien, con cariño" y en "hablar y ofrecer un buen trato a la gente".


Esta mujer se considera "muy afortunada" porque "enseguida" tuvo mucha clientela fiel en el restaurante que fundó en 1967 junto a su marido y su suegro; un saber hacer que se ha visto recompensado con el premio gastronómico "Lola Torres", "el más especial" de su carrera.


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