Los helados: calóricos, pero no tanto

La percepción que normalmente se tiene de los helados como productos altamente calóricos "no está justificada". Es lo que opina, al menos, la catedrática de Nutrición María del Carmen Vidal, y lo que se recoge en 'El libro blanco de los helados': su contenido energético normalmente está por debajo del considerado como valor umbral –300 kcal/100 gramos–. Si pensamos, por lo tanto, en el consumo de 100 gramos del helado más calórico –el de crema con cobertura de chocolate–, viene a suponer un aporte máximo de un 15% del total de las calorías diarias necesarias. Por lo tanto, podría integrarse en la dieta aunque no tenga la consideración de producto básico. 

Cambio brusco de temperatura

El helado ni irrita la garganta ni dificulta la digestión. Al introducirlo en la boca su temperatura pasa automáticamente de -12 grados a +10 grados, gracias a que la boca cede el 75% de la energía necesaria para calentarlo. Tras degustarlo, nunca se registran debajo de la lengua temperaturas inferiores a los 28 grados, y camino del estómago todavía se calienta un poco más. Así que su ingesta, normalmente, no está en el origen de irritaciones de garganta ni de problemas de digestión.

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