VoluntaRíos, más de una década velando por el Ebro

El proyecto de voluntariado medioambiental Volunta-Ríos Aragón trabaja desde 2004 mejorando las riberas y las aguas del río.

Proyecto Voluntaríos. El Ebro que nos lleva
Proyecto Voluntaríos. El Ebro que nos lleva

"No hagamos de nuestras casas un vertedero para no hacer de nuestros ríos un basurero". Mariano Mérida, licenciado en Ciencias Físicas y profesor de Secundaria jubilado, recupera un eslogan de una antigua campaña de la asociación Volunta-Ríos de Aragón, de la que es coordinador de proyecto, y advierte que hoy sigue más vigente que nunca, mientras señala numerosos restos derivados de la acción humana en la ribera del Ebro, a la entrada del soto de Cantalobos.


Latas de refresco, bolsas de plástico, ladrillos y otros escombros… Es díficil no fijar la vista en un punto del río y ver en él la mano del hombre y no precisamente para bien. Para evitar estos comportamientos incívicos que empeoran la calidad de un bien de todos, Ismael Sanz, naturalista y otro de los coordinadores de esta organización medioambiental, señala que la formación y la divulgación son claves de bóveda. Por ello trabajan con niños, que absorben todo aquello que se les plantea, y también se esfuerzan en corregir algunos hábitos dañinos de la sociedad hacia los ríos.


El estado del Ebro ha cambiado en los últimos años, explica Ismael Sanz. "La puesta en marcha de depuradoras ha mejorado la calidad de las aguas y desde el año 2008, las riberas de Zaragoza se han recuperado", cuenta. Pero Sanz advierte acto seguido: aún queda mucho que hacer. Por ejemplo con los colectores que vierten las aguas residuales junto con las pluviales en episodios de tormenta, o con los problemas de plásticos que llegan al río por papeleras mal situadas en la ribera y cuyos contenidos quedan a merced del cierzo, vertidos emergentes e industriales entre otros.


Mariano Mérida apunta que se estima que más de un 20% de las masas de agua de la cuenca del Ebro están en mal estado ecológico. Desde Zaragoza hasta más allá de Pina de Ebro, es una de ellas. “Aquí tenemos una naturaleza maravillosa, tanto de flora como de fauna”, apunta Mérida en el soto de Cantalobos, a la altura de la desembocadura del Gállego, “pero eso no nos hace esconder los problemas de contaminación que tiene nuestro río Ebro”, añade.


La culpa de este mal estado del río la tienen los vertidos, tanto del sector productivo, como de origen doméstico, por eso advierte Mérida eso de "no hay que hacer de nuestras casas un vertedero para no hacer de nuestros ríos un basurero". También la actividad agrícola y ganadera, a través de vertidos de fertilizantes por ejemplo, daña la salud del río, aunque esta contaminación no es visible.


Habría que intentar, por todos los medios, un mejor comportamiento de la población y también de los sectores productivos, señala Mérida, porque cuidar del río es una labor de todos.

12 años de trabajo con voluntariado de todo Aragón

Volunta-Ríos es una asociación que funciona en todo Aragón con voluntarios y cuyo objetivo es mejorar el estado de todos los ríos a través de actividades como los apadrinamientos de ribera,  el proyecto enchárcate con los anfibios o salidas formativas de diagnóstico de aguas, entre otras. Por su repercusión, están en la memoria de los aragoneses campañas como la recogida del cauce del Ebro de grandes ruedas de vehículos.


Pero esta organización no solo realiza este tipo de actividades. La asociación tiene el honor de haber mostrado a la sociedad aragonesa no naves en llamas más allá de Orion pero sí cosas que no creerían, porque llevaban décadas sin ocurrir. A través de cámaras nocturnas estratégicamente colocadas, Ismael Sanz ha logrado grabar castores en el cauce del Ebro, un corzo que ajeno a todo se acerca a beber agua en un soto cercano a la capital aragonesa, nutrias en el Canal Imperial o incluso un fondo atestado de almejas asiáticas en la desembocadura.


"Hay que divulgar lo que tenemos, lo que hay que valorar, aquello que no debe de estar y lo que hay que intentar por todos los medios que esté", apunta Sanz. En un momento en el que el respaldo público de estas actividades de convervación medioambiental escasea (el recorte de subvenciones ha sido notable pese a tratarse de una actividad de interés público ligada estrechamente a la salud de los ciudadanos), desde Volunta-Ríos afirman que están abiertos a todos los aragoneses que quieran colaborar en el cuidado del río. A ello llevan dedicando su tiempo durante más de una década y, a juzgar por la ilusión que le ponen a su trabajo y la labor que realizan, seguro que les esperan muchos años más de buen trabajo.