Mañana de pegatinas, tarde de manifestaciones

La huelga ha tenido incidencia en los autobuses y colegios de Zaragoza. Apenas se ha notado en el pequeño comercio. Por la tarde, el centro de la ciudad se ha llenado de policías y gente que acudía a las manifestaciones

Manifestación en bicicleta por la Gran Vía
Ausencia de incidentes y guerra de cifras en las primeras horas de huelga en Aragón
PEDRO ETURA/A PHOTO AGENCY

La mañana comenzaba con las noticias en la radio de las grandes fábricas cerradas y las acciones de los piquetes. Al salir de casa, la calle en un barrio de Zaragoza tenía hoy un aire distinto, tal vez por la ausencia de tráfico y autobuses urbanos.


La entrada a los centros escolares se retrasaba en algunos sitios por culpa de la silicona. Muchas cerraduras de centros públicos y comercios del centro han amanecido con las cerraduras inutilizadas con pegamento o palillos. “Hasta que no venga el cerrajero, no podremos abrir la escuela”, informaba la directora de la escuela infantil Villacampa, en el Arrabal. Casi una hora más tarde, el cerrajero apareció y la guardería pudo abrir sus puertas. Aunque con muy pocos niños y trabajadoras.


En el entorno de la plaza del Pilar y la calle de Don Jaime I, los comercios estaban llenos de pegatinas. Se notaba la acción de los piquetes madrugadores. Pero a las 10.00, la gran mayoría abrió sus puertas. “Yo no he tenido problemas, pero me faltan muchos periódicos. Algunos, como 'Público', 'La Razón' o la prensa extranjera no han llegado hoy”, comentaba Óscar Juan Martínez, en un quiosco de prensa en la esquina de Don Jaime I con Espoz y Mina. En el local de al lado, la tienda de ropa Almacenes Zaragoza, intentaban abrir la cerradura. “Nos han puesto pegamento o silicona y no podemos abrir. Todos tenemos derecho a la huelga o a trabajar. Está bien que te informen, pero que no te coaccionen”, se quejaba Mari Mar Navarro.


En Independencia, eran contados los comercios que no han abierto sus puertas. Un centro emblemático, El Corte Inglés, abrió con normalidad a las 10.00, tanto en Sagasta como en Independencia. Pero a las 10.30, tras un enfrentamiento verbal entre los piquetes y la Policía, ambos centros cerraron simbólicamente sus puertas. Aunque dentro la actividad comercial continuó. “Hay poca gente, pero seguimos vendiendo y atendiendo al público”, contaba una trabajadora a las 11.00.


Mientras, la plaza de España se convertía en el centro de reunión de colectivos alternativos, con música, bicicletas y carteles. Desde la acera de enfrente, unos policías vigilan el paseo de la Independencia. “Está siendo una mañana tranquila”, afirman. Un policía saluda a un amigo que pasa por la calle: “Hola, ¿tú no haces huelga?”. “Si estoy en el paro”, contesta el hombre.


Ambiente reivindicativo antes de las manifestaciones


Por la tarde, minutos antes del comienzo de la primera de las manifestaciones que han recorrido Zaragoza, 13 agentes de la Policía Nacional vigilaban la glorieta de Sasera, punto de partida de la marcha convocada por la CGT. Entre el centenar escaso de personas que había en este lugar, habitual punto de encuentro para muchos zaragozanos, se encontraban los miembros del grupo de batukada TrokoBloco. "Solemos ir a manifestaciones, pero esta es la primera huelga general en la que participamos", señalaba Luis, uno de los integrantes de este colectivo. A escasos metros, dos chicas esperaban a sus amigas. "Hemos quedado aquí, pero no vamos a ir a la manifestación", comentaba Lucía, una de ellas. Tampoco han secundado la huelga: "Se ha hecho tarde y mal".


En la plaza de Basilio Paraíso, varios globos negros y rojos decoraban la fachada del Paraninfo. Los hinchaban miembros de CGT, que calentaban motores para su manifestación, convocada a las 19.00, con salida en la glorieta de Sasera y final en la Puerta del Carmen. A pesar de la animación de los concentrados, había quien dudaba de la efectividad de la jornada de paro.


También se ultimaban los preparativos en las sedes sindicales. En la de UGT, en la calle de Joaquín Costa, y en la de CC.OO., en el paseo de la Constitución, grupos de afiliados y simpatizantes acudían con pancartas y banderas. El punto de partida para la manifestación de los sindicatos era la plaza de Aragón, donde se concentraban un gran número de jóvenes. "Están jugando con nuestro futuro", aseguraba Pedro, que acudía a la manifestación con un grupo de amigos. "La mayoría de nosotros tenemos contratos temporales, otros están en el paro, lo mínimo que podemos hacer para mejorar nuestra situación es apoyar la huelga", comentaba.


En el paseo de la Independencia, llamaba la atención la gran afluencia de gente, algo que diferenciaba esta jornada de cualquier otro día laboral. También resultaba sorprendente la gran presencia policial: numerosos agentes de la policía local y la nacional han vigilado la zona durante toda la tarde.