IGUALDAD DE GÉNERO

«Las empresas con mujeres en la alta dirección son más rentables»

Única aragonesa en el curso del IESE para mujeres directivas.

La abogada Gemma Español, ayer en la sede de ADEA.
«Las empresas con mujeres en la alta dirección son más rentables»
MAITE SANTONJA

Es la única aragonesa que ha participado en el primer curso del IESE para formar a 30 mujeres para consejos de administración de empresas. ¿Qué ha aprendido?

La primera conclusión es que las empresas inteligentes han de saber que tener a mujeres en la alta dirección y los consejos de administración es rentable. No lo digo yo. Son datos absolutamente científicos. Según un estudio hecho por McKinsey & Company en 2010, las empresas que registran un mayor porcentaje de mujeres en los comités ejecutivos tienen un 41% más de rentabilidad y un 56% más de margen de beneficios que las empresas que no tienen mujeres en sus cúpulas directivas.


Sin embargo, en España, el porcentaje es bajísimo.

Así es. En las empresas del Ibex, solo un 10% tiene mujeres consejeras y si nos vamos a los comités ejecutivos, representan únicamente el 6%, es decir, el porcentaje es mínimo e irrisorio.


¿Por qué cree que hay tanta resistencia en España a que la mujer ocupe puestos de poder?

Es verdad. Noruega tiene una presencia femenina del 32% en consejos de administración y en Suecia es del 27%, según el estudio de McKinsey& Company de 2010. Pero no solo los países nórdicos. Lo sorprendente es que en los asiáticos, según un estudio de la consultora americana Grant Thornton, en Filipinas las mujeres ocupan un 58% de los puestos directivos, en China y Malasia un 38% y en Hong Kong un 35%. Además, los países emergentes que integran el BRIC -Brasil, Rusia, la India y China- la presencia de altas directivas es el 27%, es decir, muchísimo más alto que en España. Son datos que nos tienen que hacer reflexionar para poner en valor a la mujer en nuestro país.


Supongo que no será fácil convencer a los empresarios.

Los directivos tienen que ver que las mujeres queremos estar arriba ahora y no por imperativo sino porque es bueno para las empresas porque las mujeres, que somos un poquito más del 50,31% de la población, tenemos el 50% del talento en la empresa. ¿Cómo una empresa puede renunciar a tener el 50% del talento? No es sostenible ni lógico.


¿Es esencial la formación para ir cambiando la mentalidad?

Sí. Lo cierto es que el curso del IESE, dirigido por Nuria Chinchilla, ha sido una experiencia absolutamente increíble. Me siento muy privilegiada por haber participado con mujeres con un nivel altísimo que están en primera fila de distintas empresas y entidades financieras de nuestro país. Empezó en enero y acabó en marzo, precisamente el Día de la Mujer Trabajadora. Nos pusimos también muy contentas del anuncio, ese mismo día, de Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisión Europea, de que iba a imponer cuotas obligatorias que tenían que llegar hasta el 40% en los próximos años.


No solo ha puesto cuotas, sino que la UE ha dado un plazo, ¿no?

La vicepresidenta de la Comisión Europea dijo que si en el plazo de un año, es decir el 8 de marzo de 2012, la UE no ve un aumento importante de la presencia femenina en puestos de dirección y consejos de administración, impondrá legalmente unas cuotas e incluso sanciones para las empresas más grandes que no cumplan.


No tener ni plazos ni sanciones ha sido quizás el fallo de la ley de igualdad en España, ¿no cree?

Realmente, se ha contemplado más como una propuesta, pero sin exigir un cumplimiento en plazos. Por eso, aquí no se está haciendo apenas nada. En puestos bajos y medios sí hay mucha mujer. La dificultad que tenemos ahora es llegar a los puestos de dirección. Pero es solo cuestión de tiempo y de esfuerzo. Las recetas que doy son: primero, tener talento y conocimiento para poder llegar, y segundo, trabajo y más trabajo.


¿Qué es lo más urgente? ¿Tal vez el cambio de mentalidad?

Todavía hay que hacer mucho por mejorar en nuestra cultura y nuestras empresas. Estudios recientes demuestran que si eres consejero delegado de una empresa y tienes que contratar a un hombre o mujer con las mismas capacidades, elegirás al hombre, porque si contratas a la mujer, te estás jugando tu puesto de trabajo. Si les das el puesto al hombre, aunque lo haga fatal, no pasa nada, te habrás equivocado y ya está, pero si se lo das a la mujer, te estás jugando el empleo. Esa es la cultura que aún tenemos que cambiar en España.