REFORMA LABORAL

La reforma de la negociación colectiva que nos viene, ¿o no?

Agentes sociales y patronales tratan de sellar una consensuada reforma de la negociación colectiva.

El consejero Larraz inauguró la jornada, ayer en Zaragoza.
La reforma de la negociación colectiva que nos viene, ¿o no?

Mientras agentes sociales y empresariales intentan, -con recomendaciones gubernamentales incluidas- limar las asperezas que les distancian para conseguir sellar una consensuada reforma de la negociación colectiva (acuerdo que no está previsto que llegue hasta después del 22-M por exigencia de la patronal), son muchos los expertos que dibujan lo que podría ser el marco que regule las relaciones laborales para los próximos años.


Ayer lo hicieron en Zaragoza, en la jornada 'Negociación colectiva y mejora de la competitividad en la empresa española' organizada por Adecco y la Asociación para el Progreso de la Dirección (Apd) y en la que académicos y abogados laborales de prestigiosos despachos españoles detallaron a directivos y responsables empresariales de la comunidad las líneas por las que, a su juicio, camina la negociación colectiva y cuál es la senda que debería tomar.


Muy crítico se mostró el catedrático de Derecho del Trabajo y Seguridad Social, Juan Antonio Sagardoy, que insistió en que la asignatura pendiente de los convenios colectivos es «convertirse en instrumentos de gestión de recursos humanos». En su opinión, están «excesivamente monetizados» y se centran casi en exclusiva en salario y jornada y esa circunstancia en España es «demoledora», insistió.


Para Sagardoy, son muchas las herramientas e instrumentos que ofrece la legislación para regular las relaciones entre capital y trabajo, pero «no se utilizan», lamentó el catedrático. Como ejemplo, destacó la posibilidad de pactar la polivalencia funcional. «Me tiene alucinado que no se haga», detalló.


En su opinión, también es un lastre el «importante peso» que tiene en los convenios la masa salarial fija. Y lo ilustró con datos. Explicó que el 88% de los convenios supraempresariales y el 63% de los empresariales no incluyen retribuciones ligadas a la productividad. «Y lo que es más incomprensible» -añadió- el 97% de los pactos sectoriales y el 83% de los que se firman en el ámbito de la empresa tampoco incluyen la vinculación de salarios a los resultados de la empresa «tanto para bien como para mal», matizó el experto.


Arbitraje obligatorio


No pasaron por alto los ponentes la posibilidad de que la reforma de la negociación colectiva incluya la obligatoriedad del arbitraje cuando las partes implicadas no alcanzan el acuerdo y el conflicto se enquista.


En los procedimientos de resolución extrajudicial se detuvo Arturo Acebal, socio de Acebal Abogados, que recordó que existe una excesiva judicialización de los conflictos y que, por eso, hay una clara voluntad en la reforma de reforzar el sistema de arbitraje «que hasta ahora ha sido un auténtico fracaso». En su opinión son varios los motivos que hacen necesario «potenciar la cultura» de los procedimientos extrajudiciales. Primero, dijo Acebal, porque la demora de la justicia hace que la solución resulte «ineficaz, inexistente e incluso torpe». En segundo lugar porque en el proceso judicial siempre hay un vencedor y un vencido y eso provoca un deterioro en las relaciones laborales. El último motivo es que un juez tiene que dar toda la razón a una parte o a la otra, no hay matices que sí podría aportar un árbitro. Por eso, el reconocido abogado se mostró convencido de que la negociación colectiva incluirá «no se sabe hasta qué medida» un sistema de arbitraje que deje de atascar los juzgados con conflictos laborales.


Sin injerencias


Hay expertos, como Sara Bendito, de Cuatrecasas, que consideran imprescindibles una mayor flexibilidad interna. Lo que la reforma tiene que ser capaz es de establecer fórmulas, insistió la abogada, para que las empresas puedan adaptarse a las condiciones del mercado en cada momento. «De no ser así a lo que asistiremos es a la deslocalización», advirtió Bendito. Un aspecto en el que también incidió el representante de Garrigues, Ángel Moreno, que insistió en la «excesiva» rigidez y duplicidad de convenios.


Aunque no se mostraron demasiado confiados en que la futura negociación colectiva recoja estos aspectos, lo que unos y otros destacaron es que sea cual sea la reforma acordada entre los agentes sindicales, está tiene que ver la luz sin la injerencia del Gobierno.