EMPRESAS

El imperio Zara, la empresa textil más grande del mundo

La renovación de la oferta dos veces por semana, clave en el éxito del grupo gallego que dirige Amancio Ortega.

Imagen de una tienda de Zara en Castellón.
El imperio Zara, la empresa textil más grande del mundo
HERALDO

La empresa textil más importante del mundo, Zara (es decir, Inditex) crece de forma imparable, conquista internet y rivaliza con el BBVA en la bolsa española. Su próximo paso es vender en Australia y Sudáfrica. Muy pronto contará con 100.000 empleados y 5.000 tiendas distribuidas por el planeta. Zara o el poderío del grupo Inditex abarca otras siete marcas: Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Uterqüe, Oysho y Zara Home. Desde 1975, la multinacional española se ha hecho fuerte a través de sus tres plataformas logísticas instaladas en este país (Galicia, Aragón y Madrid).


El diseño y la rapidez son las marcas de la casa. A Zara no le afectan las zozobras de la crisis económica. El pasado mes de junio se situó como la tercera empresa con mayor valor en bolsa, por detrás de Telefónica y Banco Santander. Hace apenas unos días, sus acciones alcanzaron el valor máximo de su historia con 55,70 euros.


En 2009, la multinacional española produjo 768 millones de prendas y revalorizó su posición de líder en el mundo. Menos de tres semanas es lo que tardan sus responsables en modificar una tendencia. Lo habitual en otras empresas es de unos cinco meses.


Los trabajadores del grupo llaman al dueño de Inditex "Don Amancio", quien no impone su negocio a fuerza de bombardear con eslóganes, carteles y 'spots'. Prefiere gastarse el dinero en tecnología y aviones para dar gusto a los compradores, puesto que en dos días las prendas llegan a su destino desde el lugar de su confección. Da lo mismo que sea en Tokio que en Buenos Aíres. Los más de 300 diseñadores del grupo mantienen hilo directo con las tiendas y se ponen manos a la obra en cuanto les llega un soplo.


Los dependientes son fundamentales en las ocho marcas de Inditex. Este colectivo actúa como correa de transmisión de las inquietudes de la clientela.


El aprendizaje de Ortega


El dueño, Amancio Ortega, aprendió en la camisería Gala. Allí se dejaba los riñones con 48 horas de trabajo a la semana. Dominó el negocio y con 17 años lució la primera Vespa en La Coruña, allá por 1953. Sabía sacar partido a todo y ha trabajado muy duro hasta convertirse en el hombre más rico de España. Su patrimonio supera los 20.000 millones de euros y se sitúa como la novena fortuna del mundo. Ahora, a sus 74 años, quiere tomarse la vida con más tranquilidad.


La primera tienda bajo la denominación Zara se abrió en 1975 en La Coruña. En 1985 se fundó Inditex como cabecera. En el ejercicio 2009, las ventas reportaron 11.084 millones de euros. El 50% de los artículos se fabrica en Europa, mientras que el 15% se produce en Turquía y el 35% restante en China.


Una de las claves del éxito es la renovación de la oferta dos veces por semana, para evitar que una persona se encuentre en la calle con lo mismo que llevan otras cuantas. Para este año el grupo quiere abrir entre 365 y 425 tiendas, de las que el 98% corresponderá a locales en el extranjero. Una proporción similar a la del año pasado y que permite a Inditex capear la recesión con soltura. Una de las previsiones es que el imperio Ortega llegue a Australia y Sudáfrica en 2011. A este paso pronto contará con 5.000 establecimientos y 100.000 empleados


Inditex invertirá a lo largo del año unos 600 millones de euros, tras el recorte del 46% de la temporada pasada que dejó en 510 millones el presupuesto. En el primer trimestre fiscal las ventas han llegado a 2.665 millones de euros, un 14% más que en el mismo periodo de 2009.


Producción en Arteixo


Como muestra de la vertiginosa velocidad con la que se trabaja valga un botón: cada semana se producen en el centro de Zara ubicado en Arteixo (La Coruña) 3,6 millones de prendas. Es preciso exprimir al máximo todas las rachas, mantienen los responsables del negocio. Las buenas y las malas. Así te adelantas a todos y llegado el caso te puedes comprar una Vespa. Eso se le quedó grabado a Ortega. Nunca hay que dejar de apretar el acelerador.