Inversores endeudados

China teme el estallido de su burbuja inmobiliaria

El gigante asiático empezó hace un año a desalentar las inversiones en el sector ya que muchos pisos podrían quedarse sin vender.

El mercado inmobiliario chino, uno de los pilares de la segunda economía mundial durante la última década, podría desmoronarse y llevar a la quiebra a muchos inversores que se encuentran excesivamente endeudados, explicaron analistas y responsables del sector.


Cofundadora de Soho China, Zhang Xin obtuvo enormes beneficios durante el auge del sector la pasada década, pero ahora se declara preocupada por el posible estallido de una burbuja inmobiliaria."Llevo 16 años trabajando como promotor, pero este año es, sin duda, el más difícil para las ventas", declaró recientemente a la prensa Zhang, que dirige la filial de Soho en Pekín.


El mercado empezó a crecer a finales de los años 90, cuando desapareció el sistema de viviendas subvencionadas para los residentes urbanos, a los que se alentó a comprar sus apartamentos.


El plan de reactivación económica aprobado por China a fines de 2008 para compensar las consecuencias de la crisis abrió las compuertas del crédito y gran parte del dinero prestado fue invertido en proyectos inmobiliarios, que permitieron que el sector se mantuviera en buenas condiciones. Pero desde hace un año, China empezó a tomar medidas para desalentar las inversiones en ese sector, al limitar el número de apartamentos que una persona puede comprar, aumentar los tipos de interés e introducir impuestos inmobiliarios en Shanghai y Chongqing."Esas medidas acabaron realmente con el mercado", señaló Zhang.


«Las perspectivas a corto plazo para los promotores inmobiliarios son cada días más sombrías", según Capital Economics, que subrayó que las ventas en el tercer trimestre cayeron un 15% en términos interanuales."Una ola de apartamentos recién construidos está a punto de salir al mercado y los promotores se van a quedar probablemente con un gran volumen de pisos sin vender", predijo esta consultoría. En Shanghai, donde el auge fue muy fuerte, el número de nuevos apartamentos vendidos cayó más de la mitad en un año.