El crecimiento económico aragonés pierde ritmo y se situará en el 2,7% este año

El boletín de coyuntura que elabora la Cámara de Comercio apunta a crecimiento del 2,7%.

Instalaciones de Schindler en el polígono Empresarium de Zaragoza.
Instalaciones de Schindler en el polígono Empresarium de Zaragoza.
Enrique Navarro

Aunque la economía aragonesa pisó el acelerador en los últimos meses del pasado año para crecer en torno al 2,9% y reducir la brecha que se había abierto por el mejor avance del PIB español, lo cierto es que para 2018 el crecimiento aragonés pierde ritmo. Lo reflejan los datos recogidos en el Boletín de Coyuntura que elabora la Fundación Basilio Paraíso de la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza, cuyas cifras permiten a la institución estimar que durante este año el PIB de la Comunidad se incrementará un 2,7%, dos décimas menos que el crecimiento previsto para el conjunto del país.

El agotamiento de la propia recuperación, el repunte de los precios del petróleo y de las materias primas y la previsión de que "a partir de septiembre" el Banco Central Europeo endurezca la política monetaria, son los motivos que están detrás de esta ralentización, según explicaron este viernes José Miguel Sánchez, director general de la Cámara, y Marcos Sanso, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza y director del estudio.

Las previsiones para el empleo no son tan halagüeñas. La tasa de paro apenas registrará cambios y volverá a situarse en el entorno del 11% en Aragón, inferior al esperado en España –el 15,5%– pero muy lejos de las optimistas previsiones del Gobierno que hablaban de alcanzar en apenas dos años el pleno empleo. El motivo hay que buscarlo en la ralentización de la economía. "A medida que disminuye la tasa de crecimiento resulta mucho más difícil recortar la tasa de empleo. habría que crecer mucho más", señaló Sanso, que matizó que las previsiones presentadas están realizadas teniendo en cuenta un escenario como el actual en el que los cambios están siendo suaves y los agentes económicos tienen capacidad para adaptarse a ellos. "Si la situación cambia existirán riesgos, pero no creemos que sea así al menos en la primera mitad del año", detalló.

Cataluña y la industria

La incertidumbre que despertó el posible impacto del desafío soberanista catalán en Aragón -principal cliente y proveedor de la comunidad vecina- parece haberse disipado, porque los datos confirman que "lo ocurrido en Cataluña", como lo definió Sanso, "no se ha dejado notar, ni en la evolución de la economía española ni en la aragonesa". En todo caso, sus efectos, aseguró el catedrático, se han suscrito a la  comunidad catalana, donde se han resentido especialmente al sector servicios y al turismo. "Tampoco prevemos un shock importante en 2018 porque aunque el problema político no se ha resuelto, está mucho más agotado", aseguró.

No se mostró tan convencido el director general de la Cámara, que reconoció que Cataluña continúa preocupando porque las relaciones comerciales con Aragón son las más importantes de todas las comunidades. Destacó, sin embargo, que el número de consultas por parte de empresas que quieren salir de la esa región se ha reducido considerable y confirmó que a fecha de hoy han sido 80 las firmas catalanas que han decidido desplazarse a Zaragoza, 29 a Huesca y 3 a Teruel.

Tanto Sanso como Sánchez se detuvieron especialmente en el comportamiento mostrado por el sector industrial aragonés. Preocupaba tanto su negativo comportamiento en los dos últimos años –en los que la economía aragonesa creció menos que la española– que incluso se decidió estudiar las causas de su falta de pulso. "El problema fue que Aragón no fue flexible a la hora de ajustar los precios industriales como sí hizo la empresa española y con ello las firmas de la Comunidad perdieron cuota de mercado", explicó Sanso, que aclaró que esta situación se solventó en la segunda parte de 2017 dando aire a la economía aragonesa e impulsando su crecimiento hasta ponerse incluso en línea con el registrado en el conjunto del país.

Sánchez, que se mostró sorprendido por este vuelco del sector secundario, añadió una incertidumbre y una petición. El director general de la Cámara recordó que el avance del PIB aragonés se ha apoyado en los últimos años en la exportación que ha llegado a alcanzar cifras históricas, pero advirtió que hay que ir buscando alternativas que complementen este crecimiento. Entre ellas insistió en la necesidad de recuperar la inversión pública, «ahora prácticamente paralizada».

Y el representante del organismo cameral volvió a lanzar un aviso a navegantes. Preocupa la pérdida de renta disponible de los aragoneses, porque lo que ya es momento de que aquellas empresas tractoras que han recobrado el pulso lideren el incremento salarial necesario también para el crecimiento económico.

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