Los auditores defienden una profesión de "prestigio" y "rigor"

Los cambios normativos centran el XV día del colectivo con la clausura del máster de la Universidad de Zaragoza.

Celebración del XV Día del Auditor en la Facultad de Economía, ayer.
Celebración del XV Día del Auditor en la Facultad de Economía, ayer.
Aránzazu Navarro

El colectivo de auditores se reunió ayer en su celebración anual en la que analizó los últimos cambios legales y animó a los jóvenes a elegir esta profesión. "Aunque tiene sus dificultades es de prestigio", destacó Francisco Gracia, vicepresidente del Colegio de Economistas de Aragón, representando al colectivo del Registro de Economistas Auditores (REA). Este forma la Corporación de auditores con el REGA. Lamentó que "a veces ponemos el foco en lo negativo" y apostó por una formación que "abre las puertas a otras actividades profesionales", durante el acto del XV Día del Auditor.

Para los que empiezan, el presidente de la agrupación territorial 8ª de Aragón del Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España, Javier Castillo, dijo que "van a aprender un rigor en la forma de hacer las cosas que les va a servir en su vida". A los alumnos de la III edición del Master de auditoría de la Universidad de Zaragoza –que dirige Vicente Cóndor–, les confesó que es un trabajo duro porque "se trabaja muchas horas y hace falta mucha formación". También lamentó la mala prensa que arrastra el colectivo por los casos de malas prácticas durante la crisis. "Siempre hay quien puede actuar de manera incorrecta", dijo, pero pidió que se "racionalice" y no se culpe a todo el sector.

En ayuntamientos pequeños

En el acto, al que también acudió el decano José Mariano Moneva, intervino Ignacio Cabeza, aragonés miembro de la Cámara de Cuentas de Navarra que analizó las oportunidades que presenta a los auditores el nuevo modelo de control interno de las entidades locales. Con esta reforma los ayuntamientos pequeños podrán necesitar un auditor para apoyar al interventor municipal en el control de sus cuentas, desde julio del año que viene. "Hasta ahora los interventores solo hacían un control de legalidad y ahora se les asignan labores de auditoría", explicó, por lo que consideró que será necesario que recurran a apoyo externo. Esto ya lo hacen los ayuntamientos de las grandes ciudades. En parte, la media es fruto de la "mayor presión social de control" de las administraciones, consideró. Para el colectivo supone una oportunidad laboral y la necesidad de "reciclarse" en cuestiones relacionadas con contratación pública, subvenciones, etc.

Otro cambio son los nuevos informes de auditoría, que incorporan más información de la empresa y referencia a las responsabilidades de los auditores y los administradores.

De su experiencia con las empresas, Castillo consideró que estas van a registrar este ejercicio "una mejora significativa tanto en resultados como en actividad". Aunque reconoció que "no es para tirar cohetes", ya que "venimos de muy abajo".

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