La OCDE alerta de la "dificultad para garantizar una pensión decente" en España

La organización señala los riesgos para las mujeres y los trabajadores menos cualificados y avisa del aumento de la desigualdad.

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Mayores riesgos de desigualdad en la vejez y "dificultades para garantizar una pensión decente", sobre todo para las mujeres y los trabajadores menos cualificados. Éstos son dos de los importantes problemas a los que se enfrenta España, tal y como alerta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en un informe publicado este miércoles.

Cierto es que el proceso de envejecimiento es un fenómeno generalizado en todo el mundo -principalmente en los países más desarrollados, aunque también en los emergentes-, pero esta organización -que representa a los 35 estados más ricos- resalta que en el caso de España es especialmente acuciante, al igual que sucede con la otra 'megatendencia global': la creciente desigualdad. Y es que, tal y como explican en el estudio, en 2050 se convertirá en el segundo país más envejecido del 'club'. Dentro de 33 años habrá una ratio de 76 españoles mayores de 65 años por cada 100 en edad de trabajar (aquellos que tengan entre 20 y 64 años), mientras que en 2015 esta proporción se situaba en el 30%. Ante este fuerte incremento (más del doble), no es de extrañar que solo Japón supere esta tasa de envejecimiento, con un 77,4%, y se esté, por tanto, por delante de países de nuestro entorno como Italia (73,9%), Portugal (72%), Alemania (63,7%), Francia (51,4%) o Reino Unido (46,4%).

"El rápido envejecimiento de la población española va a magnificar los problemas creados por unos ingresos insuficientes y una mayor desigualdad entre los futuros pensionistas", advierte el informe, que hace hincapié en que nuestro país "no dispone de fuertes redes de seguridad que redistribuyan los ingresos de las pensiones", tal y como existe en muchos estados de la OCDE, que tienen estos mecanismos como "complemento de los esquemas ligados a los ingresos previos". Es decir, que los pensionistas españoles vinculan sus ingresos casi exclusivamente a lo que cotizaron durante su vida laboral, algo que "derivará probablemente en una mayor desigualdad en los ingresos de los futuros pensionistas".

Asimismo, a los autores de este estudio les preocupa el alto nivel de desempleo que todavía existe en España (con una tasa que supera el 17%, la segunda mayor de Europa), puesto que -tal y como señalan- aún sigue siendo el doble del que había antes de la crisis. Además, esta tasa se eleva para quienes tienen un bajo nivel de estudios hasta un 26%, mientras que se reduce hasta el 11% para quienes han cursado estudios superiores. De igual manera, el porcentaje de 'ninis' (jóvenes que ni estudian ni trabajan) se ha incrementado en seis puntos porcentuales desde 2007 hasta situarse en el 22%.

«Lograr carreras laborales completas y con salarios adecuados se ha convertido en algo cada vez más difícil en general y particularmente en el caso de los jóvenes con bajos niveles de preparación», advierte la OCDE, que apunta además que desde mediados de los 80 los españoles de entre 60 y 64 años han visto crecer sus ingresos un 25% más rápido que los de aquellos trabajadores de entre 30 y 34 años, una brecha que dobla prácticamente la diferencia del 13% registrada de media.

Con estos datos, no es de extrañar que el estudio concluya que en España "garantizar una pensión decente será particularmente difícil para los trabajadores de baja cualificación y las mujeres, que a menudo abandonan el mercado laboral para cuidar de sus hijos y luego de sus padres".

Mejorar la viudedad

Las pensiones también fueron este miércoles objeto de debate en la sesión de control en el Congreso. Y al menos se dio una buena noticia: el Gobierno mejorará las pensiones de viudedad de los mayores de 65 años con menores ingresos. Así lo anunció la ministra de Empleo, Fátima Báñez, en respuesta a una pregunta de la diputada socialista Carmen Cuello.

Báñez explicó que el Ejecutivo está trabajando para desarrollar la disposición adicional trigésima de la reforma de pensiones de 2011 mediante la cual adoptará medidas reglamentarias para que la cuantía de la pensión de viudedad de los mayores de 65 años que no perciban otra pensión pública equivalga al 60% de la base reguladora siempre y cuando no perciban ingresos por la realización de un trabajo por cuenta ajena o por cuenta propia ni tampoco rendimientos o rentas que, en cómputo anual, supere el límite de ingresos establecido en cada momento para ser beneficiario de la pensión mínima de viudedad.

Ésta ha sido una de las principales reivindicaciones de los sindicatos y de algunas formaciones políticas. Por eso, Cuello criticó a la ministra por el incumplimiento de esta disposición, que estaba paralizada pese a que establecía que esta subida hasta el 60% de la base reguladora se haría de forma progresiva y homogénea en un plazo de ocho años. Y siete años después, la base reguladora se sitúa en el 52% con carácter general.

"El gobierno es cumplidor y aún estamos a tiempo", respondió Báñez, quien se jactó de que los pensionistas han sido el colectivo «mejor tratado» desde 2011, al tener actualmente pensiones «más altas y mejores» de las que tenían hace seis años.

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