Libelium, remando desde el futuro

Nació del proyecto fin de carrera de David Gascón, pero, junto a su compañera de la Facultad de Ingeniería Alicia Asín, lo han convertido en una realidad que está presente en 120 países del mundo.

David Gascón y Alicia Asín, en primer término, posan con sus trabajadores en el vestíbulo de Libelium.
David Gascón y Alicia Asín, en primer término, posan con sus trabajadores en el vestíbulo de Libelium.
Oliver Duch

Del cuello de Alicia Asín cuelga una libélula en un diseño ‘art decó’ que compró en uno de sus muchos viajes a California donde Libelium, la empresa que creara hace diez años junto a David Gascón, instaló sus sensores que controlan las viñas y mejoran la calidad del vino de manera inteligente. "Me gustó y pensé que era una señal, aunque las señales son las que uno quiere ver", dice.


Pero aquellos sensores, junto a los que se colocaron para vigilar la central nuclear de Fukushima, tras el devastador maremoto, supusieron un salto cuantitativo para una empresa que surgió del proyecto fin de carrera de David Gascón, amigo desde los 18 años, desde que ambos llegaran a la Facultad de Ingeniería en Zaragoza. Un visionario sueño por construir un mundo inteligente que es hoy parte de una realidad que se diseña con su tecnología en ciudades de 120 países del mundo, y por lo que han sido multipremiados.


Su trabajo consiste en crear todas las herramientas técnicas para mejorar nuestra vida, con un impacto directo en la vida misma de las personas, fundamentadas en el desarrollo de tecnología avanzada. La que lleva a que un solo sensor sea capaz de hacer que los objetos hablen entre sí y se comuniquen a través de Internet. Gracias a ello, podemos encontrar una plaza de aparcamiento, que se encienda el alumbrado público cuando se necesita, gestionar los cultivos agrícolas de forma inteligente para ahorrar agua y pesticidas, controlar la calidad del aire, monitorizar la actividad de un volcán, realizar el seguimiento de los transportes de mercancías, predecir la crecida de un río...


Libelium nació hace justo una década no tanto como una ‘spin off’ sino como una idea bien estructurada al amparo inicial de la Universidad. Nació, creció y se ha expandido en plena crisis económica, un hecho que tienen muy presente y que se evidencia en una inmensa imagen, como si de una ventana se tratara, en el despacho de Alicia Asín, con la presencia de la arquitectura del Nueva York surgido del crack del 29, con un dominante Empire State. Porque arrancaron en 2006 en las instalaciones del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI), en el corazón del CPS, todo un semillero de ideas, junto a un becario al que pagaba la Universidad mientras se autofinanciaban dando clases particulares.


Hoy se encuentran en un edificio independiente, la empresa tiene 73 trabajadores y exporta el 90% de su facturación, que este año rondará los 6 millones de euros.La clave del éxito

A sus 34 años, saben que la clave de su éxito es mantenerse fieles a una misma filosofía de trabajo. "Siempre hemos tenido los pies en el suelo, somos muy trabajadores", explica David Gascón, la cara menos pública de una empresa que nunca ha tenido financiación externa, "solo créditos personales.


Al comienzo no podíamos pedirlos porque no teníamos cómo avalarlos, y nunca quisimos que lo hicieran nuestras familias. Nos presentamos a concursos y con lo que obteníamos pudimos pedirlos. Ese fue nuestro éxito: el aval es la idea y la tenacidad y el tesón en nuestro trabajo", dice. "Mantenemos la misma forma de gestionar que hace 10 años, y que muchas veces se pierde cuando las empresas crecen.


El hecho de que no tener inversores privados, que sigamos siendo David y yo los únicos socios, ha supuesto poner un gran foco en la gestión, que no suele verse en empresas de esta talla innovadora, que priorizan mucho la investigación. Nosotros también, pero sabiendo que somos una empresa que trabaja para un mercado y que nuestro producto debe ser real y responder a unas necesidades.


Nunca hemos trabajado para vender nuestra idea, como sucede mucho en este campo", incluso en proyectos surgidos en el área de la investigación o el mundo de Silicon Valey al que se acercaron, explica Alicia, cuya imagen comparte estos días cartel con Alejandro Sanz en una campaña de ‘Marca España’, que recorre vallas publicitarias en ciudades de 19 países del mundo.


‘Libelium’ goza ya de un prestigio internacional ganado a pulso, y de lo que nunca han querido alardear, "porque lo que hay que hacer es trabajar. Es cierto que me di cuenta de cómo hemos crecido el día que no tuve que explicar quiénes somos ni qué hacemos, cuando multinacionales como IBM, Microsoft o Intel quieren hablar con nosotros y saben de quién es esto", explica David; "cuando vienen a presentaciones por todo el mundo a ver qué novedades llevamos", añade Alicia, "y, ahora, lo que queremos es ser capaces de ser tractores también en Aragón".


"Nos gustaría -dice David- ir transformando esta tierra en otra cosa tecnológica", que se aproveche de lo que su tecnología hace por el mundo, que es capaz de predecir, por ejemplo, la crecida de un río, "y cuando sucede en el Ebro hay clientes que nos preguntan si no lo estamos monitorizando, porque hay países en Asia en donde se vigila el cauce de los ríos con nuestros dispositivos y tienen un sistema de alerta temprana. O ese vino inteligente con nuestros sensores y que no se están aplicando en España.


Cosas que tienen un impacto en la sociedad allí donde están y que aquí no tenemos", dice Alicia, quien insiste en que nunca han querido irse de Aragón, "porque somos de aquí, y aquí queremos vivir. Por eso, en la celebración de nuestro aniversario el próximo martes hemos organizado una jornada empresarial para dar a conocer las soluciones que puede proporcionar nuestro sistema para la modernización industrial, y nada nos gustaría más que se aplicaran".

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