El sindicato agrario Asaja se ha sumado hoy a la preocupación manifestada por UAGA por las repercusiones de las sequía en el campo y en las explotaciones ganaderas. “Nos enfrentamos a una situación muy complicada que está poniendo en jaque al agro”, declaró su presidente en Huesca, Fernando Luna. Los ganaderos tienen que dar comida suplementaria a las reses porque no hay pastos; la almendra, a punto de la recolección, tendrá poca productividad; pero lo mismo le pasa a las olivas; y el girasol de secano tampoco se desarrolla.

Esta es una pincelada del panorama descrito por Luna y que se complica aún más debido al bajo precio alcanzado en el mercado por algunos productos como el maíz, “en los límites del umbral de rendimiento”, y a los problemas de la PAC, tanto en la tramitación como en el cobro. “Cada día hay más normativa y más burocracia. Pedimos una simplificación de los trámites administrativos”, ha dicho en una rueda de prensa en la que ha comparecido junto a Ángel Samper, otro de los responsables del sindicato.

Samper criticó la escasa dotación para el segundo pilar de la Política Agraria Común, el desarrollo rural, ya que de los 350 millones de euros prometidos por el anterior consejero del Gobierno aragonés, Modesto Lobón, y por el actual titular, Joaquín Olona, solo hay presupuestados 155 millones.

Precisamente la PAC, a través de la política de desarrollo rural, sería una de las herramientas que se podrían utilizar para compensar las pérdidas por la sequía. Sin embargo, los ganaderos, obligados a estabular las vacas por falta de alimento en los prados, “son los marginados por la PAC”, ha citado a modo de ejemplo el presidente de Asaja Huesca. Y es que a su juicio, esa política sería una de las armas al alcance de la administración para equilibrar los perjuicios de fenómenos naturales como la falta de precipitaciones. La otra, ha aclarado Luna, seguros agrarios “con una cobertura digna y a precios asequibles”.

Solo el regadío se salva en esta campaña, ya que los embalses dan garantías suficientes para acabar la temporada. Eso sí, si no llueve, se quedarán vacíos de cara al próximo año hidrológico, que comienza en octubre.

Por otra parte, Samper se refirió a las advertencia de Olona sobre los incendios provocados por accidentes agrícolas. Le recordó que la mitad de la superficie de Aragón es forestal y pasto, “y es un polvorín”. “Si las máquinas provocan chispas lo solucionaremos, pero que de una vez se ponga en marcha una política forestal, porque ecológicamente es un desastre”.