GM vuelve al trabajo con la nave de carrocerías totalmente readaptada para los nuevos modelos

La fábrica retoma la producción en la línea del Meriva y el Mokka en un día en el que la empresa fija nuevos días de ERE para la del Corsa en septiembre.

Imagen de la factoría zaragozana de General Motors España en mayo de 2015.
Imagen de la factoría zaragozana de General Motors España en mayo de 2015.
Oliver Duch

Un parón estival sin producir coches pero con mucho trabajo. Así ha sido el verano para la factoría zaragozana de General Motors, que ha realizado "grandes inversiones" en la readaptación total de la nave de carrocerías para producir los nuevos modelos. Robots más modernos y control dimensional al 100% con nuevos sistemas de visión por láser, así como una línea totalmente robotizada de pintura y otra nueva de casamiento de motores, en montaje final, son algunas de los cambios sustanciales que se han realizado. También se ha mejorado el aprovisionamiento de material para las líneas de salpicaderos y puertas, informó la compañía, en el primer día de vuelta al trabajo tras las vacaciones. Un comienzo a medio gas ya que se incorporaron solo los trabajadores de la línea 1, la del Meriva y el Mokka –que produce unos 280 coches por turno–, mientras que el grueso, los de la línea 2, del Corsa –que hacen del orden de 420 por turno–, se incorporarán el jueves a las 6.00.


"Los cambios más importantes en la fábrica ya se han hecho", corroboraron fuentes del comité que, ayer, pudieron comprobar la transformación completa de la nave de carrocerías, la 51. Esta tiene que quedar totalmente unida a la 57, remodelada ya hace unos meses para ganar espacio para los nuevos modelos. Ahora, según las mismas fuentes, se están acometiendo obras para desviar la carretera interna de la fábrica que pasaba entre las naves 51 y 57 hacia la explanada vacía con contenedores, ubicada en dirección a la localidad de Figueruelas, en la que previsiblemente GM levantará una nueva nave para ampliar todavía más carrocerías de cara al nuevo Corsa que se lanzará en 2018. "El nivel de complejidad y los modelos que vamos a meter en la planta en los dos próximos años requieren una distribución diferente", reconocía antes del verano Antonio Cobo, director general de GM España.


Pero junto con los trabajos de modernización de la planta y la confianza que supone para Opel Europa haber dejado atrás los números rojos en el primer semestre, el futuro viene cargado de incertidumbre en función de lo que ocurra con mercados tan importantes para la marca como el británico, que votó su salida de la UE el 23 de junio, o el turco. Algo que, según Cobo, "obliga" a Figueruelas a "continuar esforzándose en la política de mejora continua y contención de costes".


Con la llegada del otoño, como ha venido sucediendo a lo largo del año, va a ser la línea 2, la del Corsa, la que más sufra el expediente de regulación de empleo (ERE) que está en vigor. De hecho, ayer la dirección marcó una nueva semana de paro técnico la última de septiembre, del 26 al 30, en turno de mañana y tarde para esta línea. Asimismo, se fijaron paros para todos los lunes de septiembre en esta la línea también en los turnos de mañana y tarde, es decir, el 5, el 12 y el 19 de septiembre. También irá al ERE el turno de noche de toda esa semana última de septiembre, así como el del 4 al 5, del 11 al 12, del 18 al 19 y del 25 al 26 del septiembre.


"Nuestros coches son atractivos, se venden bien, pero el mercado no da para más", apuntaban fuentes del comité, convencidas de que el ERE pactado se agotará y preocupadas por la bolsa cada vez más abultada de horas que los trabajadores deben a la empresa en un año, todavía de ‘impasse’ hasta la llegada de dos nuevos modelos en 2017 y que acabará con una cifra similar de coches producidos a la de 2015, que cerró con 359.319 vehículos.

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