Un semillero de ideas para controlar el llanto del bebé o el ritmo del corredor

La iniciativa de Zaragoza Activa ha incubado 14 proyectos de emprendedores.

Juan Alarma, creador de 'Sleeping Baby Play', en su estudio.
Juan Alarma, creador de 'Sleeping Baby Play', en su estudio.

El llanto de un bebé puede ser desesperante. Juan Alarma, musicoterapeuta y productor de música, como tantos y tantos padres, lo experimentó en primera persona hace ya ocho años. “Cuando nació mi hijo Saúl, lloraba muchísimo, así que empecé a pensar en cómo solucionarlo. Me di cuenta de que se quedaba dormido cerca de la campana extractora, del secador, de la lavadora, y verifiqué este comportamiento con muchos otros padres”, cuenta.


Los “ruidos blancos” recuerdan a los niños su estancia en el útero materno enmascarando otros sonidos innecesarios. Así que, grabadora en mano, Juan se decidió a capturar estos sonidos y componer nuevas melodías basadas en ellos. De esta forma nació el primer prototipo de ‘Sleeping Baby Play’, un dispositivo portátil más pequeño que un ‘smartphone’, de fácil uso y sin cables ni conexiones eléctricas para ayudar a conciliar el sueño y calmar el llanto de los bebés de 0 a 18 meses. La diferencia con otras herramientas ya existentes para este fin es que esta no necesita de ningún tipo de reproductor ni aplicación.


Sus melodías están patentadas, al igual que el proyecto, que ya cuenta con un plan de negocio y un prototipo funcional desarrollado junto al Instituto Tecnológico de Aragón. A él se sumó hace dos años su otro socio Jonatan Gutiérrez, comercial y emprendedor, preocupado también por el bienestar del bebé y la familia. Un comité de expertos de la

Fundación Aragón Invierte ha aprobado la viabilidad de este proyecto.


El ‘Sleeping Baby Play’ se llevó a finales de mayo el reconocimiento de proyecto con mayor potencial en la VI edición del Semillero Day, una jornada que cerró el trabajo formativo de meses en el Semillero de Ideas, la escuela de emprendimiento municipal que cobra vida en Zaragoza Activa.


Juan Alarma y Jonatan Gutiérrez cuentan que están “en periodo de prueba, buscando un prototipo de diseño y negociando la llegada de un inversor para poner en marcha las operaciones del plan de negocio”. Su pretensión es que el dispositivo esté en el mercado a finales de año. “De una forma u otra, llegará”, pero siempre respetando unos requisitos que califican de inviolables: las melodías, el tiempo de desactivación y las especificaciones de seguridad.


Los creadores de ‘Sleeping Baby Play’ estiman que su dispositivo tendrá un precio de entre 60 y 90 euros, ya que “no se trata de un juguete, sino de una herramienta útil y fiable para los padres, fruto de un proyecto innovador que cubre una necesidad existente. Siempre van a nacer bebés y todos lloran”, explica Juan Alarma.


Uno de los otros trece proyectos con los que el ganador del Semillero Day ha tenido que competir es ‘Aureel’, desarrollado en la incubadora por Daniel Montañés, Marco Misiego y Pilar García Domingo. Hace un año, una atleta de Granollers acudió a ellos con un problema cotidiano de los deportistas: la necesidad de controlar el ritmo a la hora de correr para entrenar de forma correcta y alcanzar los tiempos deseados. “Con tal problemática, analizamos el mercado y las necesidades del deportista de alto rendimiento, lo que ha acabado en el desarrollo de un cinturón que proyecta información visual en el suelo cuando sales a entrenar y te indica si tienes que aumentar o reducir el ritmo en función de si se aleja o acerca la proyección, además de otras indicaciones como el cambio de color, parpadeo, etc.”, relata Daniel Montañés. Este dispositivo, ya patentado, cuenta también con una aplicación para sincronizar, visualizar y compartir los datos del entrenamiento.


Esta simbiosis entre una “liebre” electrónica y un entrenador personal es considerada por sus creadores una solución de producto rompedora con respecto a lo ya existente y tomando como base de la innovación a los usuarios. “Actualmente, son muy comunes los relojes o pulseras para el deporte, pero pocos son los casos de dispositivos que ayuden activamente a realizar un buen entrenamiento durante el transcurso de este, sin distracciones y con la máxima precisión”, indica Daniel Montañés, que subraya que fueron seleccionados por la Agencia Espacial Europea para brindarles incubación como empresa y darles soporte técnico, “por lo que aprovechamos para introducir tecnología aeroespacial en nuestros prototipos para mejorar la precisión y calidad del entrenamiento. Un ejemplo de esto es el cinturón inteligente”. Aureel colabora con entrenadores de clubes como el Simply Scorpio 71 o el Club Atletismo Trials Zaragoza con el objetivo de testar sus ideas y prototipos.Entre píxeles y pinceles


El arte y la tecnología también han tenido su espacio en el Semillero de Ideas. Patricia e Irene Joven, responsables de Píxel y Pincel, han desarrollado un modelo de negocio basado en aplicar el arte y la animación en la educación. Su principal actividad es el desarrollo de talleres especializados de ‘stop motion’ para pequeños y mayores. Se trata de construir vídeos foto a foto a través de la técnica de la pixilación y utilizando materiales de naturaleza manual. La temática es totalmente libre: desde superhéroes y dibujos animados, hasta anuncios corporativos.


Aunque su proyecto nació mucho antes, ambas hermanas comenzaron a trabajar juntas este año y ya han dado talleres en lugares como Etopia o Las Armas. Patricia Joven explica que en sus sesiones utilizan un sistema de mesas con cámara multiplano para trabajar la animación mediante capas y así conseguir un efecto de profundidad. “Trabajamos por capas de cristales, colocando personajes y fondo en ellas y, con una cámara situada arriba, vamos construyendo las imágenes a medida que se van moviendo. Utilizamos la técnica para hacer dibujos animados, pero foto a foto, con trucos ópticos, algo similar a las películas de Méliès”.


La filosofía del ‘hazlo tú mismo’ y la paciencia son indispensables en su tarea. Realizar un vídeo de un minuto de duración puede costar como mínimo seis horas, sumando el tiempo del taller más el de montaje. “Nos ha sorprendido mucho la paciencia de las personas. Trabajamos con 12 fotos por segundo, porque con 24 podría ser desesperante”, afirman estas emprendedoras.


La esencia de sus talleres es el trabajo de la creatividad de manera plástica. Los participantes “dibujan sus muñecos, recortan, trabajan con algodón, plastilina…y, aunque el resultado final es un vídeo, lo importante es el proceso”. Y detrás de todo su trabajo hay un objetivo último: ayudar a que las personas sean creadoras de contenido y no meros consumidores. “Fomentamos la creatividad aprendiendo a trabajar y a jugar. Los adultos nos hemos olvidado de jugar y tenemos que desarrollar esa parte del cerebro”, concluye Patricia Joven.

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